Hay modelos más refinados, más potentes y probablemente más atractivos, pero el Subaru Forester es un todocamino para sibaritas; un vehículo de calle con maneras de automóvil de rallies.
En su tercera generación, ha crecido, ha perdido su motor sobrealimentado de gasolina (en Europa) y algunos detalles singulares como las puertas sin marco o, en el caso de su versión diésel, también la reductora. Pero es precisamente la aparición de una variante con motor de combustión espontánea lo que necesitaba este japonés para poder codearse con los mejores todocamino del mercado.
Desde nuestra experiencia, el Land Rover Freelander y el Nissan X-Trail son los todocamino más eficaces y versátiles del mercado, con permiso de modelos más costosos como el Volvo XC 90 o el Mercedes Clase M. Así que nos hemos preguntado: ¿Será capaz el Forester diésel de plantar batalla a los referentes del segmento?
La primera, en asfalto
Para el primer asalto aprovechamos el necesario recorrido de asfalto que nos lleva hasta una de nuestras pistas favoritas. Junto con el motor bóxer diésel estrenado hace unos meses por el Outback, el Forester ha adoptado una caja de cambios de seis velocidades de nuevo desarrollo, que ha supuesto la desaparición de la reductora y la imposibilidad de elegir un cambio automático.
El accionamiento de esta nueva caja es lento, aunque no impreciso, y las relaciones escogidas son muy largas, excepto para la primera velocidad y la marcha atrás. Con todo ello, no es el mejor vehículo para el uso urbano, donde los cambios de marcha se suceden y al motor le cuesta reaccionar si dejamos que baje de 1.800 vueltas. La cosa mejora claramente en carretera.
Con el motor en el voladizo delantero, resulta algo subvirador en los virajes más lentos, pero gana agilidad rápidamente cuando aumenta el radio de las curvas. El control de estabilidad tarda en reaccionar y deja trabajar al sistema de tracción total. También ofrece un buen rendimiento en autopista, con una sexta marcha muy desahogada que permite reducir ruido y consumo manteniendo sin problemas las velocidades de crucero legales.
Un buen cambio automático
El Freelander escogido para esta prueba disponía de cambio automático. Se trata de una moderna caja de seis velocidades fabricada por Aisin Warner. Dispone de dos programas (manual y deportivo) o bien de modo manual.
Su accionamiento es suave y rápido en cualquiera de los tres programas. Permite una conducción muy relajada en ciudad, aunque resta un poco de brío en las salidas desde parado, algo normal teniendo en cuenta que el desarrollo de la primera velocidad es un 24% más largo que con la caja manual. En carretera acepta muy bien el uso en modo manual, mientras que en autopista ofrece una desahogada sexta velocidad (58,4 km/h cada 1.000 rpm).
Es preferible a la caja manual salvo por su injustificable precio extra (2.578 euros). Independientemente de la transmisión, el británico muestra el aplomo que uno espera encontrar en un vehículo de mayores dimensiones, con un tren trasero que no se desvía ni un ápice de la trayectoria marcada y un aislamiento acústico muy superior al de sus dos rivales.
Pese a su aspecto más macizo, el X-Trail resulta sorprendentemente más ágil que el Freelander. Respecto a la primera generación, ha experimentado una importante mejora en materia mecánica, fruto de la asociación de Nissan con Renault. Ello se traduce en que su versión de 173 CV permite una conducción bastante dinámica tanto en ciudad como en carretera, una buena aceleración (especialmente en los momentos iniciales) y velocidades de crucero fáciles de mantener en la marcha más larga (49,6 km/h cada 1.000 vueltas). El cambio automático se reserva a las versiones de 150 CV.
La diversión empieza en campo
Pero lo verdaderamente divertido comienza cuando termina el asfalto. Conducir el Forester por pistas bacheadas, con todo tipo de curvas y con algunos saltos, es una experiencia muy gratificante.
Las suspensiones devoran las irregularidades del terreno, el motor empuja contundentemente a medio régimen, la dirección es fiel y sólo si el tren trasero se desmanda comienza a entrometerse la electrónica, que se desconecta totalmente a requerimiento del conductor.
El Freelander muestra un carácter muy diferente, siempre bien guiado y por el sitio, mucho más sujeto por su tren trasero menos nervioso y por el control de estabilidad, inflexible incluso cuando está supuestamente desconectado; hay que equivocarse mucho para encontrarse fuera de la trayectoria.
Con el X-Trail tenemos un término medio. Su concepción más familiar le dota de un carácter más tranquilo, con suspensiones menos enérgicas y mayores inercias, si bien soporta sin problemas un cambio de registro cuando nos levantamos de la cama poseídos por el espíritu de Colin McRae.
Las suspensiones trabajan correctamente, no hay reacciones indeseadas, y sólo el trabajo acumulándose en la dirección, el cambio y los amortiguadores nos recuerda que el vehículo no se diseñó para esto. Por supuesto, es recomendable conducir siempre el vehículo en modo «4×4 auto».
Por dentro y por fuera
Son los todocamino más eficaces, aunque cada uno es mejor en un terreno concreto.Las tres carrocerías disponen de cuatro puertas laterales y portón posterior. Sus longitudes están comprendidas entre los 4,50 metros del Freelander y los 4,63 del X-Trail.

Subaru Forester Boxer Diesel – Correcta habitabilidad.
La postura al volante es buena, aunque falta aislamiento acústico. Hay tres acabados: Classic, Limited y Limited Plus. El equipo multimedia con GPS sólo está disponible con el acabado más lujoso, y hay que pagarlo aparte (2.100 €). Nuestra recomendación es la versión más asequible, que, por 28.900 €, incluye todo lo necesario.

La posición de conducción es erguida, muy cómoda en largos viajes. Hay excelentes acabados, pero el equipamiento básico E muestra carencias como el Terrain Response. La versión S es la más recomendable, con ruedas de perfil 65, mientras que la más equipada HSE viene con ruedas de menor perfil. La lista de opciones es enorme.

Nissan X-Trail 2.0 DCI – Pensando en toda la familia.
Su habitáculo es el más amplio, ideal para manipular dispositivos de retención infantil y para cargar objetos voluminosos. Con el motor diésel más potente hay dos acabados disponibles: SE y LE. El primero es más recomendable salvo si pretendemos instalar una baca, ya que el LE incorpora las barras longitudinales en el techo. El sistema 4×4 no varía.
Un motor peculiar.
Subaru ha desarrollado un bóxer diésel que se adapta a su particular esquema de transmisión con el motor longitudinal por delante del eje anterior. Esto permite un centro de gravedad bajo, un reparto simétrico del peso y un ahorro de masa, al desaparecer el semieje de transmisión delantero.
El turbocompresor va montado a ras de suelo, por lo que hay que evitar los vadeos, que podrían dañarlo por contraste térmico. Los motores de sus rivales son más convencionales. Por rendimiento a bajo régimen, nuestro favorito es el 2.2 de Land Rover.
Tanto por capacidad como por versatilidad, el X-Trail es el mejor dotado para cargar, si bien los tres cumplen.
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Cómo va
He aquí tres de los todocamino más eficaces fuera del asfalto, cada uno dotado de un carácter único. El Subaru Forester es el mejor adaptado a la conducción en pistas, el Land Rover Freelander es el más confortable en viajes largos y el más eficaz en recorridos difíciles, mientras que el Nissan X-Trail es el más adaptado a un uso familiar por la amplitud de su habitáculo.
La pérdida de la reductora con la que cuenta la versión manual de gasolina anula la tradicional ventaja del Forester en campo. Su motricidad sigue siendo buena gracias al diferencial trasero de deslizamiento limitado y a unas ruedas con algo de perfil, pero ya no puede presumir de tener la primera velocidad más corta del mercado todocaminero, algo que le pasa factura cuando hay que sortear obstáculos despacio. Ahora hay que usar el embrague donde antes no era necesario, porque el motor se cala a ralentí en cuanto algo pone dificultades al avance, y es una lástima.
Con el Land Rover Freelander automático pasa justo lo contrario, que nada parece imposible. En realidad, es fácil encontrar los límites al británico; basta con una trialera de dificultad media, un obstáculo que sólo un TT con buenas cotas y reductora pueda pasar.
El Nissan X-Trail se queda en una posición intermedia. Es capaz de afrontar pequeñas trialeras gracias al buen recorrido de sus suspensiones, pero sigue sin ser un verdadero todoterreno.

¡Diviértete!…La versión diésel es tan ágil como la de gasolina. El control de estabilidad puede desconectarse.¡Ojo con el turbo! Va casi a ras de suelo. La rejilla que ves en el cubre-cárter sirve para refrigerarlo. Perfil 55…No es lo mejor para el campo, aunque acepta cierto maltrato. La rueda de repuesto es idéntica.

En versión diésel, el forester no tiene reductora
Buen trabajo…No hay componentes especialmente vulnerables, y además contamos con unas modestas protecciones.Sobresaliente. En campo y carretera, el comportamiento es siempre brillante. Con una reductora resultaría imbatible.Elige bien...Hay tres ruedas en la familia Freelander. Las de 18″ tienen poco perfil para su uso en campo.

La rueda de repuesto es convencional en los tres
Término medio…Es muy habitable, sorprendentemente ágil y bastante capaz en campo; un verdadero «multipropósito», como dicen los responsables de mercadotecnia.Protegido….En la unidad probada, la protección inferior de motor y cambio había pasado a mejor vida.Acertadas… Las Dunlop SP 20 -n medida 215/60-17 son acertadas para un uso mixto de campo y carretera.
Ficha Técnica
Fíjate en: El Land Rover Freelander es el que cuenta con la mayor cilindrada, responsable en parte de su mejor rendimiento a bajo régimen. Sin embargo, el X-Trail es el que declara la potencia más elevada. El británico es también el único disponible con cambio automático. La mayor potencia del X-Trail se traduce en unas prestaciones más brillantes, aunque las diferencias no son determinantes en ningún caso.
Fíjate en: El Freelander es el más capacitado de los tres para afrontar trialeras. Al X-Trail le penaliza el ángulo de salida, mientras que al Forester le falla el ángulo ventral.
El Freelander es, de largo, el que ofrece mejor rendimiento entre el ralentí y 2.800 vueltas. A partir de ese punto, el X-Trail toma el relevo y consigue superar a sus rivales en la zona alta del cuentarrevoluciones. A bajas vueltas, el Forester ofrece un rendimiento también superior al del Nissan, y a 3.700 vueltas llega a alcanzar al motor del Freelander.
La opinión TTSubaru ha desarrollado un buen motor diésel, pero la caja de cambios y la eliminación de la reductora deslucen un conjunto que se ve superado ampliamente en campo por el Freelander, especialmente si equipa Terrain Response y cambio automático. Lástima que en estas condiciones el precio se dispare. El X-Trail obtiene un buen rendimiento en campo para tratarse de un todocamino sin reductora, y su habitabilidad le dota de un carácter más familiar y polivalente.
Valoración
Equipamiento, Seguridad y Funcional
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Otras alternativas
En el segmento
Hay una veintena de todocamino compitiendo por el mismo pedazo de la tarta. Aparte de los dos rivales destacados más abajo, nos parecen interesantes el Honda CR-V (por su excelente motor diésel y buena habitabilidad), el Skoda Octavia Scout (sobresaliente en carretera y muy económico), el Dodge Nitro (si lo que buscas es algo diferente) y el Nissan Qashqai (un compacto que puntúa alto en casi todos los apartados). Ninguno de ellos es tan eficaz en campo como los protagonistas de esta comparativa.
En el mercado
El líder absoluto del mercado TT, el Suzuki Grand Vitara, es un todoterreno compacto que puede plantearse como opción de compra a los todocamino que ilustran estas páginas. No debemos olvidar otros TT que, por el precio de estos todocamino, ofrecen mayores prestaciones en campo. Son los Kia Sorento, SsangYong Kyron y Jeep Cherokee. Entre los todocamino de lujo hay alternativas funcionalmente semejantes pero económicamente desfavorables; el Mercedes GLK está disponible desde 49.900 -.

VW Tiguan
Se trata del actual líder de ventas del segmento. Bien acabado, dispone de una potente y variada gama mecánica.
Precio: 31.730€-39.200 €

Ford Kuga
Buen precio, buen motor y buena habitabilidad son las armas de este todocamino, que se defiende con dignidad en campo.
Precio: 28.850 €-31.215 €
Por fuera
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