Según estos datos, durante el primer mes de vigencia de la norma, el número de sanciones ha descendido un 47,3% en comparación con las semanas anteriores a la entrada en vigor, lo que demuestra que los conductores cada vez pisamos menos el acelerador en nuestras vías rápidas. Sin embargo, esta tendencia positiva tenemos que achacarla a dos motivos: primero, por la cercanía de la limitación, ya que siempre hay un mayor impacto durante las primeras semanas, y segundo, al alto precio de los combustibles.
Buena prueba de ello es que durante la primera semana, el número de multas se redujo en un 60%, una cifra que cayó al 46% en la segunda semana, al 45% en la tercera y al 38% en la cuarta. En números totales, durante los primeros siete días se pusieron 2.282 multas, mientras que la semana pasada se registraron 3.503 sanciones, una tendencia que demuestra que va desapareciendo el impacto de los primeros días- pero que somos más precavidos que antes.
No en vano, la velocidad media en autopistas ha pasado de 113,92 km/h en marzo de 2010 a 102 km/h en el mismo mes de 2011, una reducción del 10,4%. Algo similar ha ocurrido en autovías, que ha experimentado un descenso de la velocidad media de 107,2 km/h a 100,3 km/h, un 6,4% menos. Además, la DGT ha recordado que los vehículos que circulan a más de 120 km/h han pasado del 14,9% antes del cambio al 6,9% a partir del 7 de marzo.