Ni siquiera el triunfo de Alonso en Malasia podía disipar las enormes dudas. Pero el campeonato avanza, y si bien el coche no parece haber dado un gran paso claro, al menos se mantiene firme en las manos de Alonso, y le eleva a la mejor posición posible de cara al título. Una vez que han pasado seis carreras, no puede hablarse de casualidades o de circunstancias favorables.
En este 2012, la incertidumbre que atrapa a las escuderías es máxima. Se trata de giros inesperados de los neumáticos, de rendimientos sorprendentes, tantos para pilotos como técnicos. Encontrar la vuelta de tuerca exacta es dificultoso para todos, y la puesta a punto se convierte en un quebradero de cabeza en casi todos los circuitos. En circunstancias tan inusuales, es cuando el talento sobresale, y el de Alonso está en su apogeo. Y así está siendo y es probable que ocurra hasta la última carrera, allá por noviembre, en Brasil. Aún siendo que tiene un coche que no es el mejor, las cosas están dadas en este 2012 para que pueda pelear por el campeonato.
La gran duda que nos asalta a todos ahora es lo que podrá hacer Red Bull. Despacito, sin hacer mucho ruido, habiendo empezado con problemas, están ambos pilotos del equipo acechando a Alonso, que tiene 76 puntos y a solo tres puntos de distancia están Vettel y Webber. Se ha hablado mucho de que tanto McLaren, Mercedes o incluso Lotus iban a protagonizar el año, pero los datos ya nos están ofreciendo otra cosa. Y nos dicen que, de seguir esta tendencia clara, los que van a pelear por el título van a ser los que en 2012 se lo jugaron hasta la última carrera.