Las novedades que incorporarán todos las versiones John Cooper Works -el Mini Cooper normal, el Clubman, el Coupé, el Cabrio y el Roadster– son las habituales cuando se persigue una mayor eficiencia: A todos ellos llega el sistema de recuperación de la energía de la frenada, con el que se alimentarán los sistemas eléctricos de estos vehículos. También contarán con el mecanismo de arranque y parada Auto Start/Stop, que apaga el motor durante las retenciones en ciudad, y con indicador del cambio de marcha adecuado para lograr la conducción más eficiente -como opción llega una caja de cambios automática de seis velocidades con levas en el volante-.
Además, la dirección electromecánica de los John Cooper Works sólo activará el motor eléctrico cuando sea estrictamente necesario, lo que también contribuye a gastar menos combustible.
El resultado es un consumo medio de 6,6 litros a los 100 km para el Mini Cooper S John Cooper Works con cambio manual (7,1 litros con cambio automático) y unas emisiones de 153 gramos de C02 por kilómetro (el automático, 165). Éstas son las mismas cifras que para el John Cooper Works Coupé. El Clubman John Cooper Works arroja un consumo de 6,7 litros/100 km con cambio manual y 7,2 litros con cambio automático. Por último, el Cabrio y el Roadster consumen 6,8 litros con la transmisión manual y 7,3 litros con la automática.
El motor de los John Cooper Works tiene 1.600 centímetros cúbicos de cilindrada, 211 CV de potencia a 6.000 rpm y un par máximo de 280 Nm entre 2.000 y 5.200 rpm. Los John Cooper Works con los cambios señalados comenzarán a venderse en julio.
