Yeray Lemes había terminado segundo tras la etapa del viernes del rallye de Francia pero, en la segunda, consiguió la victoria tras la salida del hasta entonces líder, Craig Breen. Breen se había salido por la presión que Yeray le había ejercido, si bien el piloto irlandés acusaba a su copiloto de haber cometido un error al leer una de sus notas…
Sea como fuere, Yeray había ganado, así que después del último tramo (la WRC Academy sólo se disputa durante las dos primeras jornadas de los rallyes del WRC para los que puntúa), se dirigía a la última asistencia para lavar el coche, ver que toda la mecánica estaba bien… y subir a lo más alto del podio. Sin embargo, Yeray tardaba en llegar a la asistencia. Los minutos pasaban y su Ford Fiesta R2 (un Fiesta equipado con un motor 1.6 atmosférico de 165 CV, cambio secuencial y tracción delantera valorado en unos 60.000 euros) no aparecía. De repente, justo en el último momento, el Fiesta de Yeray llegaba… escoltado por dos gendarmes franceses.
¿Qué había pasado? Después del último tramo, Yerai paró a repostar gasolina. Sin embargo, a la hora de pagar, un fallo telemático hacía que no pudiese pagar con su tarjeta. El tiempo que perdió en arreglar el entuerto fue el suficiente como para que tuviese que ir un poco más rápido de lo normal por el tramo de enlace (recordemos, carretera abierta al tráfico) que le iba a llevar hasta la última asistencia.
Y de camino a dicha asistencia, los gendarmes franceses se pusieron a ‘hacer caja’ con dos radares móviles separados por sólo 5 km de distancia el uno del otro. Yeray cayó en los dos. No es que fuese una falta grave (era una autovía limitada a 110 km/h y le cazaron a 137 en el caso más grave…), pero la FIA penaliza con una sanción económica a un piloto en caso de que incumpla alguna ley de tráfico… y con cinco minutos de penalización en la clasificación del rallye en caso de que sea reincidente.
Así, Yeray veía cómo la FIA le penalizaba con cinco minutos, por lo que perdía injustamente una victoria lograda a pulso en los tramos, cayendo a la tercera posición final por detrás de Alistair Fisher, que ganaba, y del asturiano José Antonio ‘Cohete’ Suárez, que se llevaba la segunda plaza… y que, como muchos otros participantes, también fue cazado por uno de los dos radares que multaron a Yeray, por lo que fue sancionado por la FIA con 380 euros.