Simplemente decir que la ruta pasa por Cervera, el pueblo de los Márquez, ya es un reclamo para cualquier aficionado al motor y al Mototurisme. Para los de las motos, es casi un destino de peregrinación. Pero así es el deporte, la vida y los reclamos turísticos.
Por encima de todo, las tierras de Lleida son un destino sorprendente. Para unos el reclamo está en sus paisajes y su tranquilidad. Para otros, por su gastronomía y por el patrimonio cultural que encierra. En el sur de Lleida hay para todos los gustos, para los amantes de la historia, del arte, de la astronomía… y para el puro deleite de conocer una tierra con un legado natural de los más ricos de nuestra geografía.
Esta ruta recorre las tierras de Lleida, y qué mejor que hacerlo en moto. Libremente y con el viento a favor. Leves pinceladas de un pedazo de Cataluña que recorremos con la seguridad de que la disfrutaremos con los cinco sentidos. Sólo son doscientos kilómetros. Los paisajes no son dramáticos, pero la carretera es divertida y fácil de disfrutar€
Una buena opción puede ser empezar por el Condado de Urgell y una de sus ciudades históricas: Balaguer. Está bañada por el río Segre, donde hoy en día todavía se encuentra oro, no es raro encontrar gente con sus bateas en las orillas del río buscando pepitas de oro como los antiguos colonos del oeste.
En Balaguer todavía se respira el ambiente medieval que recuerdan sus piedras, las murallas, la plaza Mercadal (la plaza medieval más grande de toda Cataluña), el lavadero público… paseando por sus calles nos embebemos del auge y la importancia que tuvo esta ciudad hace 8 siglos.
A la hora de comer, casi es una obligación parar en Cal Xirricló. Es mucho más que un restaurante, es un trozo de historia de la ciudad. La antigua taberna de la Calle Santa Ana es ahora un referente en su local de la calle Doctor Fleming. Su menú semanal de 18 euros es casi una obligación.
Casi da pena volver a la carretera. Cogemos la C-13 camino del Castell de Montsonís para continuar por la C-26, y entre llanos, secanos y pantanos volvemos a hacer un viaje en el tiempo junto a este castillo. Las vistas desde su torre del homenaje son fabulosas. Aquí todavía se puede ver la prisión con las cadenas que sufrían los reos, la mítica habitación del fugitivo (con ventana pero sin puerta), el pasadizo secreto desde la bodega al exterior del foso…
Es uno de los pocos castillos que sigue habitado, y no por fantasmas…, en su torre ondea la bandera que indica que en el castillo habitan sus dueños, aunque, excepto en las habitaciones privadas, se puede pasear por todo el conjunto fortificado. Todos esos castillos cercanos a Lleida, son otra ruta€ Marcar en el mapa el nombre de Florejacs es obligado. Algo parecido sucede con Sant Pere del Castell, una maravilla que se levanta en medio de los campos de cereal.
Siguiendo hacia el norte llegamos a Gualter. Solamente por visitar el monasterio de Santa María de Gualter merece la pena llegar hasta aquí. Ruinas dignas de un escenario romántico entre verdes praderas. El monasterio está medio destruido por un polvorín que explotó en su interior durante los últimos días de la Guerra Civil, aunque hoy tiene reconstruidos varios pasillos para facilitar las visitas.
Gualter no se puede entender sin visitar Ponts, que está a escasos 2 kilómetros. Si se visita en época de carnaval, es obligada la parada para festejar la Fiesta del Ranxo, una especie de cocido que se toma el Martes de Carnaval.
Desde Ponts y tomando la L-313 ponemos rumbo a Guissona, para coger luego la L-311 y llegar a nuestro próximo destino: Cervera. Cervera es la capital de La Segarra y lugar excelso para motoristas, de aquí son Marc y Àlex Márquez. Por supuesto tienen su propio museo, el Museo Marc Márquez. Un repaso por la carrera de los pilotos y cuenta con piezas como la moto con la que Marc ganó el Campeonato del Mundo de MotoGP en 2017.
Su visita es una manera de acercarnos al casco viejo, que se ha visto revitalizado con esta colección. Recuerdos, motos, trofeos y mucho cariño han convertido este lugar en un referente.
Aquí en Cervera también es de especial interés su fiesta del Aquelarre. El último fin de semana de agosto, brujas, brujos y demonios se ponen de acuerdo para festejar con fuego en el Callejón de las Brujas la magia del lugar. La fiesta ya se ha extendido a toda la ciudad y el diablo los visita cada año, unas veces vestido de postapocalíptico, otras en Harley y Cervera vive una noche llena de fuego, placeres carnales y fiesta, mucha fiesta.
Después de salir de Cervera, lo mejor es coger una vía rápida hasta el siguiente destino, la A-2 nos lleva al Stany de Ivars. Una laguna de agua dulce de 126 hectáreas con islas y una fauna espectacular. Dejamos la moto aparcada y nos damos un tranquilo paseo a pie para disfrutar del paisaje.
Después de este alto en el camino llegamos a la capital, a Lleida. Disfrutar de la ciudad es siempre agradable. Imprescindible visitar la Seu Vella (la catedral antigua), el Castillo del Rey, llegar hasta la fortaleza templaria de Gardeny, los edificios modernistas… un paseo por la capital, disfrutar de la buena gastronomía que ofrece y dirección Torrebesses para ver su Centro de Interpretación de la Construcción de la Piedra Seca, donde se puede conocer la vida rural de la zona y las construcciones de piedra seca.
Una última visita nos lleva a Granadella y a su Museo del Aceite, un centro de referencia para toda la industria de las Garrigues, una comarca con profunda cultura del aceite de oliva. Verduras y aceite son también un buen combustible€
- Mapa de la ruta: Terres de Lleida