Lo bueno y lo malo del Renault Twingo RS Gordini

Consigue el mejor precio Lo explicaré por partes. Desde la redacción de Autofácil hasta mi casa hay un recorrido de 37 km, la mayor parte por autopista. Hoy ha sido un día largo. La dureza de la suspensión del Twingo, que convierte cada mínima irregularidad en una sacudida seca de todo mi cuerpo, y el […]


Lo explicaré por partes. Desde la redacción de Autofácil hasta mi casa hay un recorrido de 37 km, la mayor parte por autopista. Hoy ha sido un día largo. La dureza de la suspensión del Twingo, que convierte cada mínima irregularidad en una sacudida seca de todo mi cuerpo, y el elevado ruido del motor, que gira a 4.000 rpm mientras circulo a 120 km/h en la quinta marcha de una caja de cambios de desarrollos más bien cortos, hacen que éste no sea un viaje precisamente relajante.

Bastantes cosas para criticar-
Además, aún estoy intentando pensar cómo podría adaptarme mejor a la peculiar postura de conducción del Twingo pues, aunque el asiento es cómodo y parece sujetar bien, noto que la banqueta queda demasiado alta- y que el volante, que sólo tiene un reglaje en altura de poco recorrido, está demasiado inclinado. Si a esto unimos una calidad de acabados sólo correcta debido al abuso de plásticos duros y algunos grillos en marcha, podemos empezar a pensar que los 18.300 euros que cuesta este coche (y eso incluyendo los 500 euros de descuento oficial) son demasiados- y más todavía cuando este Twingo no deja de ser un urbano de 3,69 metros, cuatro plazas y un maletero de 165 litros que, eso sí, llegan a 285 si se adelantan al máximo los dos asientos traseros independientes -de serie en el RS-.

Por si fuera poco, la noche también ayuda a comprobar que las luces son correctas sin más -no son demasiado potentes y el haz es más bien irregular-, y eso me recuerda que lo más avanzado del equipamiento de este coche son el control de velocidad, el climatizador automático -de una zona- o el ESP. Cosas como el sensor de luz o de lluvia no están disponibles ni en opción. Mañana será otro día-

El verdadero sentido del RS
Vivir cerca de una zona donde se entremezclan varios tramos de rallyes tiene muchas cosas buenas, sobre todo si tienes un Twingo RS y disfrutas conduciendo coches de carácter deportivo. Y es aquí, en su terreno, donde este Twingo empezará a hacerme olvidar todos esos detalles que, anoche, parecían tener demasiado peso en el veredicto final.

Empecemos por explicar que el RS emplea un motor 1.6 16V atmosférico que entrega 133 CV a 6.750 rpm y que ofrece un par máximo de 160 Nm a 4.400 rpm. Es decir, que lo mejor de sí se entrega entre esas 4.400 rpm y casi las 7.000 rpm, y será imprescindible que nos mantengamos en ese régimen de giro si queremos comprobar cómo de rápido puede ser este RS por una carretera de curvas, un circuito o una pista de pruebas. Por debajo de ese régimen, la respuesta no es mala- pero tampoco es digna de mención. En cualquier caso, este RS no es un coche extremadamente rápido: de hecho, alcanza 201 km/h y tarda 8,7 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h. Por eso, tendrás que esmerarte para extraer lo mejor de sus 133 CV. Y es ahí donde empiezas a descubrir que este Twingo es, además de un rabioso urbano, un gran maestro de conducción. Porque, cada vez que -fallas- y te sales de ese régimen de giro, el RS te indica que te has equivocado impidiéndote ir tan deprisa como querías. Sin embargo, cuando aciertas y lo haces bien, la sensación es muy reconfortante.

Para mantener el motor en la -zona buena-, cuentas con un cambio manual de cinco marchas cuyo tacto no es demasiado deportivo ni agradable- pero que, al menos, sí resulta preciso. Además, cuenta con dos detalles que mejoran la situación y que le aportan un atractivo toque rácing: la inclusión de un pomo deportivo y una pequeña luz verde ubicada en el cuentarrevoluciones que te avisa para que subas de marcha antes de que el motor corte la inyección cuando te acercas a esas 7.000 rpm. Por cierto, tampoco podemos dejar de alabar la perfecta colocación de los pedales de aluminio, algo que facilita operaciones como el punta-tacón -consiste en dar un pequeño golpe de gas al reducir de marcha para evitar el efecto de retención del motor– y que también parece pensado para examinarte sobre tu destreza en el arte del manejo de los cambios manuales.

Este examen constante de tus dotes al volante también te lo realizan todos los demás elementos que intervienen en la conducción. Por ejemplo, la dirección tiene un adecuado grado de dureza y, además, es muy precisa. Los frenos, que son bastante potentes y resistentes para un coche de 1.125 kilos, tienen un tacto muy bueno que te permite dosificar o apurar la frenada tanto como quieras. Y todo pertenece a un chasis que cuenta con una suspensión dura pero muy bien puesta a punto para ir deprisa por curvas. Gracias a ella, la carrocería balancea poco. Por su parte, el eje delantero es muy incisivo, cambia de dirección con facilidad y, al acelerar, no tiene grandes problemas para transmitir la potencia al suelo sin -estresar- al control de tracción -tampoco es que tenga que -digerir- una potencia descomunal–. Mientras, el eje trasero se insinúa lo justo para ayudarte a redondear las trazadas sólo cuando tú decides liberar un poquito la presión del acelerador.

En resumen, las reacciones de todo el conjunto son muy ágiles, tanto que el Twingo RS se convierte en un especie de divertido kart. Pero lo mejor es que, además, el RS te permite sentir a la perfección cada reacción del coche. Por eso mismo, llega un momento en el que, como ocurría con el motor, el RS es capaz de mostrarte cada pequeño error que hayas cometido con total claridad. Y, cuando lo haces bien, te sientes como todo un piloto. Por si fuera poco, y pese a tanta deportividad, el RS siempre transmite bastante seguridad: es difícil encontrarse con reacciones imprevisibles o difíciles de controlar.

Esa es la verdadera razón de ser de este Twingo RS, un pequeño deportivo con el que se disfruta muchísimo conduciendo cerca del límite de sus posibilidades y puliendo detalles de tu propia conducción. Un verdadero coche escuela capaz de dejarte una gran sonrisa en la cara cada vez que lo utilices por una carretera secundaria. Sin embargo, los 18.300 euros son demasiado, sobre todo porque, por unos 1.000 euros más, tienes un Abarth Punto Evo de 165 CV o un Skoda Fabia RS con 180 CV y hasta cambio auomático secuencial DSG. Además de que los dos son más amplios y rápidos que el Twingo, también resultan más cómodos y menos ruidosos en un viaje largo, algo que agradecerán mucho los demás pasajeros- Eso sí, el Twingo RS es el juguete más divertido de los tres, y con diferencia.

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