Día gris y lluvioso, como no podía ser de otra manera en tierras británicas. Después de almorzar en el selecto British Racing Driver-s Club y sin apenas tiempo para digerir el famoso fish and chips, nos ponemos a los mandos de un Nissan GT-R 2012 perteneciente a la GT Academy -este coche cuenta con un motor 3.8 V6 biturbo de 550 CV que acelera de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, a sólo 0,1 décimas de un Bugatti Veyron de 1.001 CV- para dar una vuelta al mítico trazado de Silverstone. Debido a la cantidad de agua que se acumula en la pista, tan sólo tenemos permiso para dar un par de vueltas sin pasar de 100 km/h, para evitar que se produzca un desagradable aquaplaning. Aún así, el GT-R se comporta de manera impecable, siempre que te muestres cuidadoso con el acelerador.
Sin descanso, nos subimos a la criatura más extraña de todo el panorama automovilístico actual. Se trata del Juke-R que, como su propia denominación indica, es como si el todo camino compacto hubiera engullido al súper deportivo. El motor 3.8 V6 sobrealimentado, en este caso, se queda en 485 CV, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos. Acceder al habitáculo es bastante complicado, debido a la jaula antivuelco y a los bacquets de competición. Una vez dentro, da la sensación de acelerar muy bien, aunque parece que le cuesta más trasladar la potencia al suelo que al GT-R. Asimismo, la visibilidad cuando tomamos las curvas resulta complicada, ya que los pilares A molestan.
14.30 horas. Lucas Ordoñez, piloto oficial de la marca, nos espera en el box 1E para enseñarnos el coche con el que disputará Le Mans en la categoría LMP2 -se trata de un Zytek Z11SN- y contarnos sus sensaciones apenas un seis semanas antes de la mítica carrera francesa. Lucas es un piloto fantástico pero, como persona, es aún mejor. Simpático y atento, nos explica todo lo que preguntamos acerca del coche, desde el rendimiento de los frenos cerámicos, sus nervios antes de afrontar la carrera, la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de hacerse con el título… Todo cordialidad y -buen rollo-, como atestigua la foto inferior cuando me vio con un casco ciertamente ridículo para montarme en el último bólido de la jornada.
Se trata del Leaf Nismo RC. Lleva el mismo motor eléctrico del Leaf de calle, con 107 CV de potencia. Sin embargo, gracias a un peso reducido -apenas 940 kg-, acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanza una velocidad punta autolimitada a 150 km/h. Si me costó entrar en el Juke-R, el Leaf lo podríamos considerar un auténtico reto. Acomodado en el angosto bacquet, el piloto sale con premura del pit lane. No hay sonido de motor, sino de las gotas de lluvia golpeando el cristal y de los neumáticos tratando de evacuar la mayor cantidad de agua posible. El piloto se pasa toda la vuelta procurando mantener el coche -por lo negro-, y el eje trasero no deja de moverse a poco que pisa el acelerador. La vuelta transcurre entre latigazo y latigazo. No se puede hacer más.
Es cierto que, si la pista hubiera estado algo más practicable, hubiéramos podido exprimir los coches de una forma más eficaz, divertida y segura. Pero el simple hecho de pasar una tarde en Silverstone en compañía de una de las mayores promesas del automovilismo español… justifica con creces el viaje.