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Los ‘peligros’ del aire acondicionado

Según el TÜV alemán, a 90 km/h, un conductor que tenga mucho calor, tardará 41 metros en pisar el freno ante una situación inesperada -mientras que si fuera fresco lo haría en 16 metros-. Además, el calor también resta percepción: a 23ºC dejamos de ver el 3% de las señales; a 28ºC, el 6%… y […]


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Según el TÜV alemán, a 90 km/h, un conductor que tenga mucho calor, tardará 41 metros en pisar el freno ante una situación inesperada -mientras que si fuera fresco lo haría en 16 metros-. Además, el calor también resta percepción: a 23ºC dejamos de ver el 3% de las señales; a 28ºC, el 6%… y a 32ºC, el 10%. Por eso, en verano  es vital usarlo para no sufrir accidentes.

¿Bajar la ventanilla o poner el aire?
Y es que algunos conductores creen que con las ventanillas bajadas ahorran más carburante que si llevan el aire acondicionado conectado. Un falso mito ya que, según las pruebas realizadas en Autofácil, con los cristales bajados consumirás hasta un 8% más… que con el climatizador activado -sólo un 5% extra-. Eso sí,  evita  entrar en el coche con mucho calor y activar al máximo el aire acondicionado: los cambios bruscos de temperatura son el origen de la mayoría de los catarros veraniegos.

Además, para evitar problemas respiratorios conviene que cada año lleves el coche al taller para que comprueben que el filtro antipolen esté limpio -te cobrarán unos 30 – por cambiarlo-. ¿Por qué? En él se acumula polvo, suciedad, partículas alergénicas, bacterias e, incluso, virus que «pueden causar infecciones y otros problemas respiratorios», destaca la doctora Ana de Ramón, especialista en enfermedades respiratorias.

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