Objetivo: versiones que tengan beneficios fiscales
El mercado cada vez demanda más versiones que emitan menos de 120 g/km de CO2. Consciente de ello, Volvo presentó el año pasado las versiones 1.6D DRIVe del C30, que registraba unas emisiones de 99 g/km de CO2, S40 y V50 -104 g/km de CO2- y, ahora, hace lo propio con dos modelos de gran tamaño: la berlina S80 y el familiar V70.
El conocido propulsor turbodiesel de origen PSA 1.6D de 109 CV y 240 Nm de par con cambio manual de cinco velocidades consume en estos modelos una media 4,5 l/km y emite 119 g/km de CO2. En cuanto a prestaciones, la firma sueca no las ha desvelado, pero serán muy discretas dada la baja potencia de esta motorización y su elevado peso -más de tonelada y media-.
Automomía de 1.750 km
Para conseguir estas cifras, el 1.6D DRIVe cuenta con el sistema stop/start, batería recargable inteligente, que permite al alternador la recarga cuando el motor está funcionando con poca carga, por ejemplo, al conducir cuesta abajo…
De esta forma, un conductor que con estos modelos recorra 15.000 km al año, puede ahorrarse al año 60 litros de gasoil y emitir 150 kg de dióxido de carbono. Además, como su consumo en carretera de de unos 4,0 l/km se estima una autonomía de 1.750 km, todo un reto para sus rivales: Audi A6, BMW Serie 5, Mercedes Clase E.
