Lucas Cruz prueba el Ford Fiesta ST

Más de 200 CV, muchas pegatinas, cambios automáticos de siete velocidades... Estos son algunos de los elementos que, ahora, caracterizan a muchos urbanos GTI. Sin embargo, el Ford Fiesta ST prescinde de todos ellos. ¿Estará a su altura?


El Coche. Ford Fiesta ST

  • 20.750 euros
  • 1.596 cc
  • 182 CV
  • 220 km/h
  • 0-100 km/h: 6,9 seg.

Equilibrio. Si alguien me preguntase qué es lo que buscan todos los pilotos de rallyes con los que he competido en su coche de carreras, esa es precisamente la palabra que elegiría. Por eso, cuando los chicos de Autofácil me llamaron para probar el Ford Fiesta ST -siglas de Sport Technologies-, un urbano GTI del que no he escuchado más que buenas palabras por su equilibrio, no lo dudé ni por un instante. «Vamos a ver cómo es de bueno… ¡pero en un tramo de rallyes!».

Qué debes saber de Lucas Cruz

Quién es: Este catalán de 38 años es uno de los copilotos españoles más experimentados, y el único que ha ganado el mítico Rally Dakar –junto a Carlos Sainz con un VW Race Touareg, en 2010-. Este año, Lucas es el copiloto de Óscar Fuertes en el campeonato de España de Rallyes de Tierra, y ha sido copiloto de Nasser Al-Attiyah en el último Dakar con un Mini.

Su palmarés: Además de su amplia experiencia en raids como el Dakar, Lucas fue campeón de España de Rallyes de Tierra, en 2002 y 2003, con Txus Jaio a bordo de un Ford Focus WRC. También se impuso en el campeonato de España de Rallyes TT, en 2005, con Carlos Solé y un BMW X5.

Curiosidades: Lucas Cruz fue uno de los copilotos del equipo Sainz Junior Team a finales de los 90; una década después, Lucas consiguió ganar el Dakar junto a su ‘profesor’ de entoces, Carlos Sainz. Además, Lucas es uno de los promotores del Eco Desafío Burn, una aventura que se realiza en Marruecos a finales de cada año y que combina la conducción ecológica con la navegación por el desierto. Puedes seguirle en twitter en @Lucas Cruz74.

Así que aquí estoy, al final del mítico tramo madrileño de El Vellón, esperando a que el Fiesta ST aparezca. Es temprano, lo suficiente como para que el sol aún no haya terminado de asomarse por completo por detrás de las montañas. El campo permanece dormido y en silencio hasta que, de repente, empiezo a escuchar a lo lejos el sonido de un motor con ciertos matices deportivos que parece dispuesto a despertarle de golpe. Entonces, detrás de la última curva que alcanzo a ver, aparece el ST. A sus mandos se encuentra Eduardo, uno de los redactores de la revista. Viene despacio, y eso me permite comprobar que, desde el punto de vista estético, la inclusión de las llantas de 17 pulgadas, del agresivo paragolpes delantero, del alerón trasero o de los faldones laterales le dan un toque muy rácing a este urbano de tres puertas -el ST sólo se comercializa con esta carrocería- y 3,97 metros de largo. Se detiene justo a mi altura, de manera que también puedo observar la doble salida de escape situada en la parte derecha del deportivo paragolpes trasero, cuya zona inferior parece simular uno de esos difusores que ahora están de moda. Desde luego, el resultado es equilibrado, con la dosis de deportividad justa como para dejar claro que estamos delante de un buen ‘GTI’… pero sin resultar demasiado recargado.

Un buen puesto de conducción

Eduardo se baja y me saluda. Mientras hablamos, no puedo dejar de mirar la buena pinta que tienen los deportivos asientos Recaro que lleva de serie el coche. Edu se da cuenta, así que no tarda en invitarme a probarlos. Su mullido es durito, resultan bastante cómodos y sus formas parecen diseñadas para impedir que te muevas lo más mínimo en las curvas. La postura al volante es muy buena, y no tardo en encontrarme perfectamente acoplado gracias a los amplios reglajes en altura y profundidad del volante.

Le echo un vistazo a los pedales, que son de aluminio y parecen colocados a la distancia justa para realizar maniobras como el punta-tacón, muy habituales en el mundo de los rallyes -se realiza al reducir de marcha, y consiste en dar un pequeño acelerón mientras se frena y justo antes de soltar el pedal del embrague para eliminar esos molestos y delicados tirones que produce el efecto de retención del motor-. Por lo demás, no hay demasiados cambios respecto a cualquier otro Fiesta. El volante mantiene el mismo diseño, pero su aro es un poco más anatómico y rechoncho; resulta muy agradable de empuñar, y sus formas ayudan a que tengas las manos siempre bien colocadas.

Tan sólo un tacómetro que alcanza unos optimistas 260 km/h o una palanca de cambios con el dibujo de las seis marchas en rojo delatan al ST, un modelo que, por calidad, obtiene bastante buena nota. Es verdad que sólo utiliza plásticos blandos en la zona superior del salpicadero, pero todos los ajustes son buenos y, en marcha, no se aprecian molestos grillos. También me llama la atención lo sencillo que es manejar todos los mandos, pues están ubicados de una forma muy lógica y tampoco hay demasiados botones.

Qué lleva de serie: ABS, ESP, seis airbags, dirección asistida, climatizador, elevalunas eléctricos delanteros, cierre centralizado con mando a distancia, alarma, asiento trasero abatible por partes, llantas de aleación de 17″, equipo de audio con CD, Mp3 y USB, ordenador de a bordo, volante multifunción de cuero regulable en altura y profundidad, asientos deportivos -el del conductor, reg. en altura-, pedales de aluminio… OPCIONES: Pintura metalizada (375 euros), pack Nav-Cam -cámara trasera, navegador y pantalla de 5″- (700) y reposacabezas central trasero (40)…

Ese sonido: ¿de dónde viene?

Uno de los botones, el que está ubicado justo a la derecha del volante, es el que pone en marcha el motor, un 1.6 turbo con inyección directa de gasolina y 182 CV. Cobra vida emitiendo un ligero ronroneo que coincide con lo que esperas de la mecánica de un buen urbano deportivo. Ese sugerente sonido va ganando intensidad conforme vas acelerando, tanto que llega un momento en el que parece que el motor va a introducirse en el interior del Fiesta a través de las salidas de aire del salpicadero. Pero tranquilo, porque no es nada molesto; es más, a mí me resulta hasta adictivo. Por eso, intento acelerar en cuanto puedo para que ese bramido me haga vibrar una y otra vez. Para conseguir este llamativo efecto, el ST emplea una especie de conducto que comunica el vano motor con el habitáculo y que, a través de una membrana, es capaz de regular la cantidad de ruido que llega hasta el habitáculo en función de lo que aceleremos y de las revoluciones del motor.

Además de por su bonito y deportivo sonido, el motor de este ST también destaca por su buena respuesta en todo momento. Basta con que circules a 1.600 rpm y aceleres a fondo para que comience a empujar con bastante fuerza, manteniendo una enérgica entrega de potencia hasta más allá de las 5.500 rpm. Por si fuera poco, el ST cuenta con una rápida y precisa caja de cambios manual de seis velocidades que tiene unos desarrollos perfectos para extraer lo mejor de la mecánica cuando se trata de circular deprisa.

Estos excelentes asientos Recaro son de serie. La instrumentación es muy sencilla y similar a la de otros Fiesta. El pomo del cambio simula ser de aluminio, pero es de plástico. Los mandos de la radio quedan un tanto dispersos, pero es fácil acostumbrase a ellos.

¿Y qué pasa con el chasis?

Con un motor así y un cambio a la altura de las circunstancias, es muy fácil empezar a circular a un ritmo bastante rápido casi sin darte cuenta. Y es entonces cuando uno comienza a preguntarse si el chasis estará a la altura de las circunstancias. Para empezar, la suspensión tiene un tarado firme, lo suficiente como para contener muy bien el balanceo de la carrocería. Sin embargo, eso no significa que resulte ni seca ni incómoda; es más, absorbe los baches con relativa suavidad, tanta que podrías afrontar un largo viaje sin que tu cuerpo -o tus acompañantes- termine quejándose. Además, el eje delantero del Fiesta ST muestra una gran agilidad a la hora de inscribirse en las curvas; responde con mucha fidelidad a las órdenes que le dictes desde el volante, y tendrás que ir demasiado rápido para hacer que se vaya de morro. Incluso en las zonas de este tramo en las que encuentro varias curvas enlazadas, el Fiesta pasa de una a otra con una pasmosa facilidad, como si estuviese conduciendo mucho más despacio de lo que lo estoy haciendo. Parte de la culpa la tiene la dirección, que se muestra bastante rápida, muy precisa y, sobre todo, es capaz de transmitir la cantidad de información necesaria como para saber cuánto agarre le quedan a los neumáticos delanteros.

El vano motor incluye una tapa con el logo ST. El alerón trasero es bastante voluminoso. Los faros de serie alumbran muy bien, pero no puede llevar xenón ni en opción.
Estas llantas son de serie, pero si las quieres pintadas en gris oscuro y con las pinzas de freno en rojo te costará 150€. La doble salida de escape es de serie y contribuye a crear un sonido mecánico muy deportivo.

Su otra gran ayuda es el sistema eTVC, una función del control de tracción que frena ligeramente la rueda delantera interior cuando se acelera a fondo en curva para asegurar la mejor capacidad de tracción. Actúa con bastante eficacia y sólo en casos extremos, pero lo mejor es que lo hace con tal suavidad que apenas se nota su entrada en acción, algo que limitaría mucho las sensaciones deportivas. La alternativa a este eTVC sería un diferencial autoblocante mecánico, un elemento que haría a este Fiesta más eficaz todavía a la hora de acelerar en curva; pero, también, haría que fuese bastante más delicado de conducir, sobre todo en mojado. Mientras, el eje trasero parece estar puesto a punto con un sólo objetivo: ayudar. Será muy difícil que te sorprenda con una brusca e inesperada derrapada, y tiene la bendita habilidad de deslizar en cada curva sólo la cantidad justa para ayudar a que el eje delantero gire con más facilidad.

Y SI QUIERES MÁS

También existe una versión deportiva ST del Ford Focus. Cuenta con un motor 2.0 Turbo de 250 CV, equipa un cambio manual de seis marchas y tiene tracción delantera. Con todo, este ST acelera de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y alcanza 248 km/h con un consumo medio de 7,2 l/100 km. Como todos los Focus, emplea una carrocería de cinco puertas y 4,35 m de largo, pero su estética resulta mucho más deportiva.Desde 31.000€.

Después de varias pasadas por El Vellón, un tramo en bajada y con fuertes frenadas, los frenos siguen mostrando una buena resistencia a la fatiga, algo especialmente importante en un modelo de este tipo. El tacto del pedal permite dosificar bien la frenada y no apreciarás que el ABS actúa con demasiada prontitud; de hecho, las ayudas electrónicas de este ST también destacan por su buena puesta a punto. Para demostrarlo, basta con decir que el ESP cuenta con una posición Sport que se vuelve menos restrictivo que la función normal… y te aseguro que sólo notarás sus beneficios cuando circules tan deprisa como para necesitar a un Lucas Cruz a tu derecha para ‘cantarte’ las curvas.

Después de la prueba, y mientras Jotxo, nuestro fotógrafo, remata algunas fotos en parado, es momento de analizar el precio. Con los 1.000 euros de descuento oficial, este ST sale por 20.750 euros, un precio muy competitivo y a la altura del Abarth Punto SuperSport -20.600 euros- pero por debajo del Seat Ibiza Cupra -22.600 euros-, del Skoda Fabia RS -20.970 euros-, del Renault Clio RS -24.400 euros, estos tres con cambio automático- y del Peugeot 208 GTI -22.900 euros-. Esto, unido a un equipamiento de serie bastante completo, hace que este Ford Fiesta ST sea uno de los urbanos deportivos más recomendables del momento.

SI LO QUIERES MÁS POTENTE…
La empresa inglesa Mountune, especializada en la preparación de motores, ofrece un kit de potenciación oficial del propulsor 1.6 Turbo. Con él, pasa de 182 a 5.700 rpm a 215 CV a 6.000 rpm, mientras que el par máximo aumenta de 240 Nm de 1.600 a 5.000 rpm a 320 Nm a 3.000 rpm. El coste en Inglaterra es de unos 750€. Ford España no ofrece esta preparación pero, si se la encargas a Mountune -tendrás que llevar tu coche hasta allí… y correr con los gastos-, no tendrás problema con la garantía de tu Fiesta, pues es una preparación oficial -Mountune da una garantía del kit de un año o 20.000 km-. Con este kit, el ST acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos en vez de en 6,9. Más info: www.mountune.com

Hay otros fiesta más rápidos, pero son de rallyes

Fiesta R2
Cuenta con un motor 1.6 gasolina de 165 CV, cambio secuencial de cinco marchas, suspensión, frenos y dirección de competición… Es de tracción delantera y equipa un diferencial autoblocante.
Fiesta R5
Adapta un motor 1.6 Turbo de 280 CV, cambio secuencial de cinco marchas, tracción total, una carrocería ensanchada y mucho más deportiva… y pesa 1.200 kilos. Su coste se sitúa en unos 200.000e aprox.
Fiesta WRC
Es el más competitivo y con el que Ford quiere ganar el título. Emplea un propulsor 1.6 Turbo de unos 330 CV, tiene cambio secuencial de seis marchas, una aerodinámica más evolucionada que la del R5… Ronda los 600.000€.

El veredicto de Lucas Cruz

Consulta todos los datos oficiales del Ford Fiesta ST
y las mediciones realizadas por Autofácil

Al principio de este reportaje, os hablaba de equilibrio; y eso, exactamente, es lo que mejor define a este Ford Fiesta ST, un modelo que obtiene una buena nota en todos sus apartados como urbano deportivo y en el que cada elemento está a la altura de las circunstancias para poder disfrutar al máximo de sus 182 CV: tiene un buen comportamiento, los frenos son suficientes, la dirección resulta precisa, no es excesivamente incómodo, cuenta con los detalles rácing justos y necesarios… y su mecánica emite un sonido muy deportivo. Además, y para redondear la buena nota del conjunto, tiene un precio competitivo -sólo el Abarth Punto es más barato-.

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