El renting aporta muchas ventajas a sus usuarios. El hecho de pagar mensualmente una única cantidad por disfrutar de un coche con todos sus servicios o contar con un único interlocutor para todo lo que tenga que ver con él son alguna de ellas, pero quizás la más relevante es que es la compañía de renting la responsable de llevar a cabo todas las operaciones de mantenimiento y de reparación mecánica para que el vehículo siempre esté en las mejores condiciones.
Por este motivo, cuando llega el momento de pasar la revisión mecánica prevista por los libros de mantenimiento del coche (normalmente, cada año o 20.000 km), el usuario debe ponerse en contacto con la compañía de renting y concertar una cita en el taller más cercano a su domicilio o a su lugar de trabajo. Es habitual, además, que se disponga de un servicio por el que la propia compañía pueda recoger el vehículo en la ubicación que el usuario indique, y lo devuelva a la misma una vez concluidas las tareas de mantenimiento.
Pese a ello, el usuario debe tener presente que, independientemente del mantenimiento que se lleva a cabo en un taller, se deben realizar determinadas tareas que son su responsabilidad: comprobar cada 3.000 km los niveles de aceite y líquido refrigerante, o vigilar al menos una vez al mes, y siempre antes de iniciar un viaje por carretera, la presión de los neumáticos, y comprobar que en ellos no existe ninguna imperfección causada por bordillazos o desgaste. En este sentido, si las ruedas han sufrido daños o muestran un desgaste excesivo, el usuario debe comunicarlo lo antes posible a la compañía de renting y, si en su contrato está recogido, concertar cita para su sustitución.
De la misma forma, si el vehículo sufre cualquier tipo de avería, ya sea en carretera o en ciudad, el primer paso debe ser siempre contactar con la empresa de renting utilizando para ello el teléfono de atención al cliente. Entonces, se debe especificar la ubicación exacta del coche y atender a las instrucciones de la empresa. Siempre que sea posible, se intentará reparar el coche en el lugar en el que se encuentre y, si no es posible, se trasladará a un taller.
Por todo ello, es más que recomendable guardar cuidadosamente en el propio vehículo toda la documentación recomendada por la compañía, así como los teléfonos de referencia y el libro de mantenimiento que entrega el fabricante. De esta forma, el usuario siempre puede tener a mano la información necesaria sobre cuándo le corresponde la próxima revisión mecánica, y de qué forma solicitar cita previa o asistencia en caso de avería.
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