En muchos casos, el diseño es el principal motivo de compra de un coche. Eso es algo que tienen muy claro las marcas, que saben que sus potenciales clientes pueden hacer la vista gorda con algún que otro defecto de su modelo siempre que no sea algo insalvable -por precio, por necesidad de espacio…-.
Esto podría ocurrirle al Mazda CX-3, un SUV urbano con una estética diferente y atractiva… pero al que, a priori, es fácil sacarle fallos. Por ejemplo, viendo su precio -18.545 euros-, uno puede pensar que es caro teniendo en cuenta que, en realidad, es un Mazda 2 sobreelevado… Pero también tiene otras pegas, como el hecho de no ser de los mejores de su segmento por habitabilidad. Sin embargo, el CX-3 tiene suficientes argumentos como para defenderse de esos posibles ataques e, incluso, reúne puntos a favor que pueden convertirle en una buena compra.
Ahí debajo hay un Mazda 2
Para empezar, nadie niega que sea un Mazda 2 sobreelevado, pues comparten plataforma. Pero, ¿y qué? Como veremos, el comportamiento del CX-3 es muy bueno, y tampoco hace falta realizar muchos más cambios si la distancia entre ejes es la misma: 2,57 m. El CX-3 es mucho más largo -4,27 m en vez de 4,06-, pero esos 21 cm se encuentran en los paragolpes y se traducen en una ganancia de maletero considerable, pues pasa de los 280 a 350 litros. Precisamente que la batalla sea la misma que la del 2 es lo que provoca que las plazas traseras sean algo justas. Ahí, y comparado con rivales como el Renault Captur, no tiene defensa alguna.
¿Caro? Sí, pero con matices. Por los 18.545 euros que vale este CX-3, te llevas un SUV muy poco visto -algo que le dota de una innegable exclusividad-, con 120 CV y un agradable tacto de conducción que no encontrarás en sus rivales. Visto así, el CX-3 ya no sale tan caro, y eso que en el interior podría haber más diferencias respecto al del Mazda 2 –ver arriba- por la variación de precio existente.
Un motor sorprendente
Independientemente de eso, el CX-3 tiene otras ventajas que se aprecian en marcha. Así, el motor 2.0 Skyactiv atmosférico de 120 CV es muy suave y poco ruidoso, y tampoco transmite vibraciones. Empiezas a circular y, pese a esa suavidad de respuesta, mueve con bastante agilidad a este CX-3. Es cierto que, a bajas revoluciones, no empuja con la fuerza de un propulsor turbo, pero eso tampoco es un gran problema para este 2.0. Tiene una buena respuesta a medio régimen, de manera que basta con apurar un poco más las marchas para obtener un nivel de prestaciones acorde con lo que uno espera de un modelo que pasa de 0 a 100 km/h en 9,0 segundos. No es de esos motores atmosféricos que obliga a superar las 4.500 rpm para notar cierta contundencia, pues ya a partir de 3.000 rpm empieza a mostrarse brioso.
El tacto durito del cambio y unos recorridos de palanca cortos dotan a la caja de cierto carácter deportivo, motivo por el que el hecho de tener que utilizarla con más asiduidad que en un motor turbo -por ejemplo, a la hora de adelantar- se convierte en una operación agradable. Por otra parte, el consumo es normal: unos 7,5 l/100 km reales.
Mazda CX-3, en marcha: Va blando, pero va muy bien
En cuanto al comportamiento, y como decíamos antes, es uno de los puntos fuertes del CX-3. Es cierto que la suspensión es un tanto blanda, algo que se nota en especial a la hora de controlar la oscilación de la carrocería en superficies bacheadas a alta velocidad. En esas circunstancias, el morro transmite cierta sensación de flotación, pero basta unos cuantos kilómetros para comprobar que se queda en eso, en una simple sensación. Porque, al final, el morro va siempre suficientemente asentado, y responde con inmediatez y precisión a las órdenes que le dictemos a través de una dirección que, como el cambio, tiene un tacto más bien firme que le imprime un toque de deportividad.
Cuanto más se retuerce la carretera, menos se nota esa flotabilidad. Además, la suspensión controla bien el balanceo de la carrocería. Esto, unido a un eje delantero muy incisivo al meter el morro en las curvas y a un tren trasero que, sin mostrarse inestable, aporta el toque justo de agilidad, convierten al CX-3 en un modelo más ágil que sus principales rivales. Y todo ello sin que suponga una merma en comodidad. Por su parte, los frenos cumplen sin problema.
El interior del Mazda CX-3: Es diferente, pero eso no siempre es bueno…
El interior es prácticamente calcado al del Mazda 2, aunque eso tampoco es malo, pues la distribución de mandos es lógica y todo se puede manejar en marcha con facilidad.
Al estilo BMW: Desde la pantalla central en color -de serie- se controla el equipo de audio, el Bluetooth y, si lo lleva, el navegador. Su manejo se realiza a través de un mando circular ubicado junto al freno de mano que resulta bastante intuitivo, y más sencillo que las pantallas de rivales como el Peugeot 2008 o el Renault Captur.
Por encima de la media: Por calidad, el CX-3 emplea unos materiales más bien duros, pero agradables al tacto. Los ajustes también son buenos y, en marcha, no se aprecian grillos.
Las guanteras de las puertas no son muy grandes -y las traseras sólo permiten llevar pequeñas botellas- y únicamente hay una bolsa tras el respaldo del copiloto. La guantera principal tiene buena capacidad, y hay un práctico hueco junto al freno de mano.
Sólo para el Luxury: El acabado Style cuenta con una instrumentación idéntica a la del Mazda 2, con el velocímetro analógico ubicado en posición central y rodeado de relojes digitales. En cambio, el Luxury sustituye ese velocímetro por un cuentarrevoluciones, y el indicador de velocidad se transforma en un pequeño display digital.
Mazda CX-3 2016: La gama
GASOLINA:
2.0 / 120 CV / 192 km/h / 5,9 l/100 km / 0 a 100: 9,0 seg. / Desde 18.545 euros
2.0 / 150 CV / 200 km/h / 6,4 l/100 km / 0 a 100 km/h: 8,7 seg. / Desde 24.480 euros
DIESEL
1.5 D / 105 CV / 177 km/h / 4,0 l/100 km / 0 a 100 km/h: 10,1 seg. / Desde 19.995 euros
Mazda CX-3 2016: Acabados
Style: 6 airbags, ABS, ESP, asistente de frenada de emergencia en ciudad y de arranque en cuesta, control de presión de neumáticos, airbag de acompañante desconectable, cuatro elevalunas eléct., cierre centr., dirección asistida, climatizador, control de velocidad con limitador, botón de arranque, llantas de 16″, retrovisores plegables eléctricamente y calefactables…
Luxury: Llantas de 18″, navegador, HUD, cámara trasera, sensor de luz y de lluvia, faros delanteros y traseros de led, sensor de aparcamiento trasero, acceso y arranque manos libres, spoiler trasero en color de la carrocería, faldones laterales con molduras cromadas…
Luxury premium: Tapicería de cuero en color blanco, asientos delanteros calefactados.
Mazda CX-3 2016: Opciones
OPCIONES -para el acabado Style-: Pintura metalizada -desde 450 a 600e en función del tono-, navegador -400 euros-, cámara de visión trasera -355 euros-…
OPCIONES -para el acabado Luxury Premium-: pack Travel -conexión aut. de luz larga, control de tráfico trasero cruzado para salir de aparcamiento en batería marcha atrás, control de velocidad adaptativo, control de ángulo muerto, faros adaptativos; 1.050 euros-.
¿Qué rivales tiene este CX-3 2.0 Style?
Además de los SUV de las marcas generalistas, el CX-3 tiene algunos rivales que, por imagen o potencia, pueden ponerle en apuros. Estos son los más peligrosos:
Fiat 500X Cross MultiAir 140 4×2
- 20.555e*
- 140 CV
- Manual, 6 vel.
- 190 km/h l 0-100 km/h: 9,8 seg.
- 6,0 l/ 100 km
- 4,27 m de largo
- Maletero: 350 l.
El 500X se beneficia del personal diseño del 500 ‘normal’ para crear un modelo mucho más completo en todos los aspectos. Por espacio está en la media, en carretera muestra un aplomo considerable y su motor turbo destaca por prestaciones, aunque no tanto por consumo.
Mini Countryman Cooper 1.6 4×2
- 23.450e*
- 122 CV
- Manual, 6 vel.
- 191 km/h l 0-100 km/h: 10,4 seg.
- 5,9 l/ 100 km
- 4,09 m de largo
- Maletero: 350 l
Es el más exclusivo del lote… y el más caro. También tiene un tacto más deportivo gracias a la firmeza de su suspensión o de la dirección, pero es el más incómodo y su motor 1.6 atmosférico le convierte en el más lento. No está mal por espacio, y es el único de los cuatro con banqueta trasera corrediza.
Honda HR-V 1.5 i-VTEC Comfort
- 21.200e*
- 130 CV
- Manual, 6 vel.
- 192 km/h l 0-100 km/h: 10,2 seg.
- 5,6 l/ 100 km
- 4,29 m de largo
- Maletero: 470 l
Es la mejor alternativa si buscas un modelo de este tipo que destaque por espacio detrás y maletero. Su motor, como el del Mazda, es atmosférico, pero sorprende por su buena respuesta y bajo consumo. Tiene un buen comportamiento, pero es mejor por comodidad que por agilidad.
Peugeot 2008 1.2 PureTech 130 Allure
- 19.793e*
- 130 CV
- Manual, 6 vel.
- 200 km/h l 0-100 km/h: 9,3 seg.
- 4,8 l/ 100 km
- 4,15 m de largo
- Maletero: 338 l
Tiene un buen precio, un motor excelente por respuesta, suavidad y consumo y, además de un buen comportamiento, resulta cómodo. Por dentro, no es de los más espaciosos -sí supera al Mazda en las plazas traseras- y tiene un puesto de conducción al que hay que acostumbrarse.