Según ha explicado la marca nipona, han detectado, en algunos coches vendidos en Estados Unidos, algunos casos de oxidación en el punto de unión entre el motor del limpiaparabrisas delantero y el cable de tierra, produciendo pérdida de contacto. Todo parece indicar que el defecto ha sido producido directamente en la cadena de montaje, ya que se aprecian deformaciones en el terminal de tierra producidas durante la instalación del motor del limpiaparabrisas.
Aunque el fallo no es especialmente preocupante -además, la marca asegura que los casos son contados-, Mazda ha decidido llamar a revisión a este modelo como parte de su plan de satisfacción al cliente. Los afectados europeos serán contactados por escrito a mediados de julio para que lleven su coche a un punto de revisión oficial. La reparación es muy sencilla: sólo hay que añadir un terminal de tierra en los vehículos afectados, sin coste alguno para el cliente.