¿Qué es mejor para participar en el Dakar: moto, camión o coche?

Después de leer el artículo sobre el pasado Dakar, me gustaría saber vuestra opinión sobre cuál es la mejor forma de participar en la competición: ¿con motos, camiones o coches? Estos últimos, ¿de dos o cuatro ruedas motrices?


Ya sé que esta carrera cuenta cada vez con menos participación española, ya que la crisis obliga a aparcar las ilusiones en muchos casos, pero a mí me sigue entusiasmando.

Luis Enrique Fernández Vega, Palma de Mallorca

Amigo Luis Enrique, la pregunta que planteas es difícil de resolver si incluimos las motos. A bordo de este tipo de vehículos, se necesitan muy buenas dotes de piloto, ser un buen navegante y tener un estado de forma física de primera. Pero no todo son inconvenientes; el coste del vehículo, la inscripción y la asistencia mecánica son mucho más asequibles si cabalgas sobre dos ruedas.

La decisión entre coches y camiones también es compleja, ya que siempre entran en la polémica los costes. Un coche razonablemente bien preparado tiene un coste inferior al de un camión en las mismas condiciones. Ahora bien, para terminar la prueba con este tipo de vehículos, es necesario contar como mínimo con un camión de asistencia. Aun así, iríamos en precario; cualquier problema en pista nos dejaría en serias dificultades.

Si corres con cabeza y arriesgando lo justo, es posible llegar a la meta. Lo suyo es, por lo menos, compartir un camión de asistencia en carrera con otros participantes, opción que dispara los costes. En un camión, pueden ir tres participantes sin problemas: piloto, navegante y mecánico. Además, el vehículo puede llevar un buen número de recambios y herramientas e, incluso, es posible vender parte del espacio sobrante para transportar recambios de otros participantes, lo que te ayuda a costear la mayor inversión realizada que si hubieses apostado por un coche.

Como ves, el tema no es fácil. Hay que hacer números antes de tomar una decisión. En cualquier caso, te sugerimos dos apuntes más. El primero de ellos consiste en que a la hora de realizar una inversión como la que se necesita para participar en el Dakar hay que asegurarse de que se tiene capacidad de llegar a la meta, ya que de lo contrario incurriríamos en un doble fracaso: económico y deportivo. Y el segundo aspecto a considerar es que un camión es más robusto que un coche y, por tanto, las posibilidades de que llegue al final de la competición sin sufrir averías es mayor.

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