Numerosos investigadores han determinado en diversos estudios que cuando una canción supera la barrera de las 80 BPM -pulsaciones por minuto-, influye en nuestra forma de conducir, aumentando la agresividad al volante. Además, el rock es el estilo de música menos indicado para mantener la calma, pero el hecho de escuchar algo que no es de nuestro agrado nos distrae y genera estrés. De igual modo, el volumen y el ritmo también hacen que pisemos más el acelerador.
Estas conclusiones han sido extraídas de una investigación publicada por Eslang y realizada por el comparador Confused. En ella, cuatro hombres y cuatro mujeres se pusieron a los mandos de un coche para conducir durante 800 km. La mitad del recorrido la realizaron con música y, la otra mitad, en silencio. Géneros como el hip hop, el heavy y sí, la música clásica, hacían que los conductores apurasen más las frenadas y cometiesen más errores que si por los altavoces no salía ningún sonido. A continuación hemos elaborado una lista con las mejores y peores canciones para conducir:
Las tres mejores:
Travie McCoy y Bruno Mars – Billionaire
Jason Mraz – I’m yours
Lana del Rey – Video Games
Las tres peores
Black Eyed Peas – Hey Mama
Dead on arrival – Fall out boy
M.I.A. – Paper Planes