Precisamente, y a causa de la dilatadísima experiencia del preparador (y propietario) en la transformación de los Mercedes G, el planteamiento fue radical, pero a la vez muy respetuoso con la filosofía del automóvil y su aspecto externo.
Casi todas las modificaciones se han efectuado empleando piezas originales Mercedes y aplicando soluciones simples, pero eficaces y fiables.
Más madera Se necesitaba más potencia, y por ello el propulsor turbodiésel original OM603.972 de 3,5 litros, dio paso a un moderno OM606, de sólo tres litros de cubicaje, pero con un 30% más de potencia. La instalación del radiador tras la cabina dejó, además, espacio para el potentísimo cabrestante Gigglepin -una preparación del magnífico Warn 8274, «tuneado» con dos motores de 6,5 CV-, y elimina los típicos sobrecalentamientos de los motores durante las competiciones extremas cuando los radiadores frontales se ciegan de barro. El sistema de transmisión mantiene los bloqueos de los tres diferenciales, el cambio automático y la tránsfer originales, pero para compensar el incremento del desarrollo que ofrecen los nuevos neumáticos (+15%), se han acortado un 17% los grupos cónicos de los diferenciales. Los enormes neumáticos han obligado también a instalar una bomba de asistencia de 130 bares y barras de 33 mm de diámetro con rótulas reforzadas. Para las suspensiones se ha optado por nuevos muelles y un brazo transversal adicional en el chasis que permite reubicar el tren trasero, reforma que ha obligado a modificar la ubicación y forma del depósito de combustible y fabricar soportes de muelles, tirantes de suspensión y una transmisión trasera a medida. En cada lateral de la zona descubierta trasera de la modificada carrocería se ha instalado un cofre hermético con cerradura para transportar recambios y equipo de rescate. Entre ambos cofres se ha creado un compartimento estanco para acomodar la rueda de recambio, a la que se accede abatiendo la nueva puerta trasera. Ésta aloja en su interior una caja de herramientas. Bajo el piso del maletero y por delante del parachoques se ha encontrado espacio para meter un potente cabrestante WARN 9.5 Ti. Para asegurar la integridad de la carrocería y sus dos ocupantes en caso de vuelco, se ha rodeado todo el conjunto con un arco exterior de seguridad fabricado con tubo de acero ST52 de 45 mm, que también sirve para asegurar los útiles de rescate. Acción extrema Condujimos este TT tras concluir los trabajos de carrocería y pintura, el mismo día que el ingeniero de homologación estaba examinando las modificaciones para preparar el proyecto de reforma. El ingeniero nos comentó la complejidad de dicho proyecto -dado que prácticamente no había quedado ni un sistema del coche sin modificar-, así como la calidad de los trabajos realizados, superior a la media de los que tramita habitualmente. Tras la enriquecedora conversación con este experto, acompañamos al propietario del vehículo a su circuito de pruebas, una zona de rocas de granito. Durante el recorrido de acceso comprobamos que el nuevo motor empuja con fuerza desde bajas revoluciones, y el coche se inscribe sin esfuerzo en las curvas. La altura total del conjunto no es exagerada, se mantiene la gruesa barra estabilizadora delantera; el incremento de anchura de vías y, sobre todo, la nueva batalla, le otorgan un aplomo formidable a ritmo rápido. Tan sólo hay que acostumbrarse al tacto y la deriva de los neumáticos de 35″ en superficies duras. Estas gigantescas ruedas son incluso «comedidas» para lo que está de moda en preparaciones extremas. En esta prudencia radica parte del formidable comportamiento del 4×4 sobre asfalto y pista, cercano al de cualquier Clase G de calle. Pero es en las grandes rocas y en las zonas vetadas para cualquier TT simplemente «preparado», donde este Mercedes marca la diferencia. La combinación de amplio recorrido de suspensión, respuesta motriz a bajo régimen y cambio automático ofrece eficacia superlativa y gran facilidad de manejo. Las llantas de acero empleadas disponen de sistema antidesllantamiento «bead lock», que permite reducir la presión de los neumáticos hasta 1 kg/cm2. Con ello se adaptan como un guante a los obstáculos más salvajes y la motricidad resulta extraordinaria, sobre todo sobre barro. Atacamos un enorme escalón de granito. Reductora engranada, palanca del cambio en posición 1 y nos acercamos lentamente en diagonal hasta apoyar la rueda delantera izquierda. Ahora sólo resta activar los bloqueadores de diferencial en ambos ejes y- acelerar suavemente. Una, dos- y las cuatro ruedas arriba, más rápido y sencillo de lo que se tarda en contarlo. |
Ficha Técnica
El consejo TTÉstas son las claves de la preparación: En primer lugar, se ha partido de una base perfecta para los objetivos propuestos. Segundo: se ha contado con el asesoramiento y la realización de un renombrado especialista. El tercer punto clave ha sido una meticulosa planificación, en la que se han tenido muy claros los objetivos que se pretendían lograr con la preparación. Con todo ello, y con una exquisita atención al detalle, se logra llevar a cabo una preparación «de libro».
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Por fuera
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