Dos meses después, en agosto, detecté un desagradable chirrido de los frenos; además, el coche daba tirones al cambiar de marcha. Como cada vez iba a más, en septiembre lo llevé al taller oficial, donde me dijeron que iban a lijar las pastillas de freno y que analizarían el otro problema; así que pedí un vehículo de cortesía, el cual me fue denegado: además de dejarme todo el fin de semana sin coche, me comunicaron que la pieza que necesitaban -un caudalímetro- les llegaría en 15 días. A día de hoy aún no nos han llamado para repararlo y no estoy convencido de que con él circule con seguridad… sin contar con que los frenos siguen haciendo ruido. ¿Me podéis ayudar?
El departamento de prensa de Mercedes nos ha comentado que se ha arreglado el incidente del motor sustituyendo el caudalímetro, la válvula EGR y reprogramando la centralita. Respecto a los frenos, cuando se desgasten unos milímetros dejarán de hacer ruido; si no, también se le solucionará.