El propulsor elegido para la ocasión es un cuatro cilindros common rail de 2.143 cc y una potencia máxima de 204 CV, con un nada despreciable par de 500 Nm. Con este bloque de gasóleo, el SLK es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 243 km/h. Y todo ello con un consumo de tan sólo 4,9 litros cada 100 km, una cifra muy contenida a la que contribuye la función de arranque y parada. Estas cifras sitúan al 250 CDI a la altura del 1.8 Turbo de 204 CV en cuanto a prestaciones, pero con un gasto de carburante 1,3 litros inferior cada 100 km. La transmisión elegida es el cambio automático secuencial 7G-Tronic de siete velocidades, aunque en 2012 estará disponible también con una caja manual de seis marchas.
También cuenta con el techo Sky Magic que, cuando el coche está cerrado, permite que el cristal del techo se vuelva transparente. Su precio es de 48.200 euros, es decir, sólo 600 euros más que el SLK 250 de gasolina, por lo que sus ventas están garantizadas.
Así queda la gama:
SLK 200 BE 184 CV: 42.300 –
SLK 200 BE 7G-Tronic 184 CV: 45.050 –
SLK 250 BE 7G-Tronic 204 CV: 47.600 –
SLK 350 BE 7G-Tronic 306 CV: 57.150 –
SLK 250 CDI BE 7G-Tronic 204 CV: 48.200 –
SLK 55 AMG Speedshift Plus 7G-Tronic 421 CV: 82.500 –
