En el gráfico, que se puede descargar en un móvil o tablet que tenga instalada una aplicación para leerlos, aparecen reflejados todos los puntos clave: Dónde están los pretensores de los cinturones, dónde hay que tener cuidado con los airbags, en qué zonas se alojan los sistemas eléctricos, la batería, los cables de alto voltaje… Este tipo de información permite extraer con más rapidez y menos riesgos a los heridos. Se colocan dos códigos QR: Uno en la tapa del depósito de combustible, y otro en el pilar central del lado contrario. Así, si una parte queda dañada en el accidente, todavía se podrá leer el código en la otra.
Todos los modelos tienen un protocolo para que los servicios de emergencia sepan cómo proceder con las labores de rescate. Existe un debate entre los profesionales sobre dónde conviene guardar la llamada hoja de rescate, que bomberos, paramédicos, etc, pueden consultar antes de entrar en acción. Muchos recomiendan que los conductores la impriman y la guarden en el parasol. A veces, el coche ha quedado en tan mal estado que incluso los propios equipos de rescate no son capaces de identificar de qué modelo se trata. En esos casos, los equipos de emergencia tienen que llamar para averiguarlo consultando la matrícula del vehículo accidentado. La que facilita el código QR de Mercedes es la realizada por la asociación de automovilistas alemana ADAC. Con esta idea, Mercedes quiere que la información sea accesible para cualquiera que esté en posición de ayudar tras un accidente.
En aras de la seguridad, Mercedes-Benz ha decidido no registrar esta patente, para que cualquier fabricante pueda aplicar la idea.