Así, el SLS AMG GT cuenta con el mismo motor 6.2 V8 del SLS normal, si bien alcanza una potencia de 591 CV a 6.800 rpm mientras que la cifra de par máximo se mantiene en 650 Nm a 4.750 rpm. Pesea los 20 CV de más, las prestaciones mejoran sólo un poquito: acelera de 0 a 100 km/h en 3,7 en vez de en 3,8 segundos y ahora alcanza los 320 km/h en vez de los 317. La caja de cambios sigue siendo la misma AMG Speedshift DCT-7 de doble embrague y siete velocidades, si bien Mercedes afirma ahora que han modificado la gestión electrónica de la caja para conseguir que los cambios se realicen con más rapidez cuando se utiliza de forma manual.
El mayor cambio se encuentra en la suspensión, denominada ahora AMG Ride Control Performance. Sigue siendo adaptativa, pero cuenta con uno tarado más firme y, además, elimina la opción Confort. De esta manera, ahora sólo ofrecerá dos posibilidades: Sport y Sport Plus. Este segundo programa debe ser especialmente firme, pues Mercedes comenta al respecto que «Sport Plus cuenta con una suspensión más firme y un control específico de los algoritmos de la suspensión que han sido ajustados para una decidida y deportiva conducción en carreteras muy bien asfaltadas o para intentar conseguir ambiciosos tiempos por vuelta en un circuito como Hockenheim»…
Exteriormente, emplea unas llantas de nuevo diseño -aunque mantiene la medida del normal, con 19 pulgadas delante y 20 detrás-, lleva las pinzas pintadas en rojo, luce el anagrama GT en el portón del maletero y los pilotos y los faros delanteros están oscurecidos. Por dentro, añade inserciones en Alcántara, cinturones de seguridad en rojo y el emblema GT en los reposacabezas.
