Mini Cooper S (2002-2006)

El Mini clásico de 1959 es un mito del motor no sólo por su diseño, versatilidad y manejabilidad, sino también por su legado deportivo. Esa es la razón por la que su sucesor del siglo XXI cuenta con variantes desproporcionadamente potentes para su tamaño. Todo comenzó con este cautivador Cooper S.


► BMW al rescate de un icono del motor

El Mini de 1959 se fabricó en su forma original hasta el año 2000 a través del extinto fabricante británico Rover, que por aquel entonces ya estaba controlado por BMW. Dicha estrategia fue más evocadora que productiva, por lo que BMW decidió desprenderse de Rover, crear Mini como marca y diseñar una segunda generación del Mini tecnológicamente acorde a su tiempo, pero que luciese una línea que recordara al modelo original. Para ello, recurrió al diseñador americano Frank Stephenson, responsable del provocativo alerón del Ford Escort Cosworth y de bellezas como el Ferrari F430 y el McLaren MP4-12C, pasando por otras reminiscencias como el Fiat 500 de 2007. Finalmente, el Mini definitivo se puso a la venta en 2001 en variantes One –90 CV– y Cooper –116 CV–. Un año después, llegó el Cooper S con motor de 163 CV y un comportamiento descaradamente deportivo.

► Conservó la línea retro, pero perdió algo de ‘mini’

Aunque las dimensiones del nuevo Mini fueron menores que las de la mayoría de sus rivales –sobre todo por longitud: medía sólo 3,65 metros y la media de sus competidores estaba en 3,8 m–, era notoriamente más grande que el Mini original de 3,05 m. Eso sí, los característicos faros delanteros redondos o los pilotos traseros dispuestos en vertical siguieron estando presentes. Por dentro, si bien disponía de dos plazas en la parte trasera bastante utilizables –aunque mejor para trayectos cortos–, lo más criticable fue el maletero, que ofrecía unos insuficientes 150 litros de capacidad, y eso que ni siquiera incluía rueda de repuesto, ya que el Cooper S incorporaba neumáticos Run Flat capaces de rodar con un pinchazo.

► Este no es precisamente el Mini de Mr. Bean

La indudable personalidad estética del Mini no es su mayor virtud, al menos si nos referimos a la variante Cooper S, la cual aporta un enérgico motor de gasolina 1.6 que, ayudado por un compresor volumétrico, desarrolla 163 CV de potencia con los que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 7,4 segundos y de alcanzar 218 km/h. Aunque se trate de cifras interesantes en un coche tan pequeño, en realidad, lo mejor de este Mini es su eficaz chasis, que aporta un comportamiento muy deportivo y unas reacciones muy ‘vivas’ que obligan al conductor a implicarse mucho en la conducción cuando circula a ritmo rápido.

► Tan divertido como exigente con el conductor

El Mini cuenta con una dirección precisa, de tacto durito y rápida –tiene 2,5 vueltas de volante–, así como con una palanca de cambio de manejo agradable y rotundo, aunque de recorridos algo largos. En cuanto a la suspensión, es tan dura que mitiga muy bien los balanceos de la carrocería y aporta una excelente estabilidad sobre asfalto liso pero, en frenadas fuertes sobre firme bacheado, resta un poco de adherencia a los neumáticos traseros, ya que van continuamente dando ‘saltitos’, lo cual repercute en repentinos sobrevirajes. No obstante, esta es una característica intrínseca del Mini y una de sus particularidades más representativas que lo hacen francamente divertido. Respecto al equipo de frenos, es idéntico al del Cooper ‘a secas’ –con discos de 276 mm delante y 259 mm detrás mordidos por pinzas flotantes– y no ofrece un rendimiento tan bueno como el resto del coche. Además, el tacto del pedal resulta mejorable.

► Para gozar en curvas y sufrir en carretera

El escenario perfecto para el Mini Cooper S es una carretera de curvas, pero no es un automóvil muy recomendable para viajar por autopista por dos razones: por un lado, la suspensión resulta demasiado rebotona, lo cual penaliza el confort de los ocupantes. Por otra parte, el sonido que origina el escape y el compresor volumétrico es muy sugerente en conducción deportiva, pero en trayectos largos puede llegar a cansar, pues se introduce en el habitáculo con mucha claridad. No obstante, para hacerlo mínimamente soportable, el Cooper S cuenta con una sexta marcha de largo desarrollo para viajar con el motor más desahogado, ya que las otras cinco velocidades tienen una relación cerrada para proporcionar una buena aceleración.

► Cómo distinguir un Cooper S de un Mini normal

Más allá de los emblemas ‘S’ colocados en el portón trasero y en las aberturas de las aletas delanteras, el Cooper S se diferencia del Cooper normal, esencialmente, por la toma de aire del capó, que sirve para refrigerar el intercooler. Además, el Cooper S aporta un escape central de doble salida, un faldón delantero, un alerón posterior, llantas de 16″ –con neumáticos 195/55-R16– y un tapón cromado específico para el depósito de combustible.

INTRUSO EN EL MOTOR

Lo primero que se ve al abrir el capó del Cooper S es un generoso intercooler asociado a un compresor volumétrico. La razón por la que el Cooper S está sobrealimentado mediante un compresor –en lugar de un turbo– responde a razones de espacio. Dicho elemento es capaz de funcionar con hasta 1,8 bares de presión y aporta 47 CV más al motor 1.6 del Mini Cooper. Para instalarlo, el bloque original recibió un cigüeñal específico, nuevos pistones, válvulas y sistema de escape y una programación electrónica diferente. Además, la compresión de los cilindros se redujo de 10,6:1 a 8,3:1.

► Un restyling mínimo pero que trajo 7 CV extra

En 2004, la gama Mini recibió leves variaciones en los pilotos posteriores, asientos, consola central y paneles de las puertas. Eso sí, la parte mecánica de la variante Cooper S sí tuvo más mejoras, pues la potencia del motor pasó de 163 a 170 CV y el par de 210 a 220 Nm. Con todo, la aceleración de 0 a 100 km/h bajó en 0,2 segundos: hasta los 7,2 seg. Por otro lado, comenzó a comercializarse una versión cabrio con capota de lona.

► Un origen que quizá no te esperabas

El motor 1.6 que impulsa al Mini de primera generación no está fabricado por BMW. Tampoco tiene nada que ver con el propulsor 1.6 THP que motorizó a la segunda generación del Mini, sino que es el resultado de un acuerdo de colaboración entre Rover Group –subsidiaria de BMW– y Chrysler Corporation mediante el cual crearon la joint venture Tritec Motors para fabricar una nueva mecánica de gasolina de cuatro cilindros en una factoría de Brasil. Este motor fue utilizado, entre otros, en el Mini Cooper y en los Chrysler Neon y PT Cruiser, aunque la variante con compresor volumétrico sólo se implementó en el Mini Cooper S.

► ¿Es el Cooper S el Mini que merece la pena?

Por su equilibrio entre comportamiento deportivo y usabilidad, sin duda, es el mejor Mini de primera generación. Además, su propulsor ofrece una respuesta progresiva y agradable e incrementa la potencia y el par en un 41% respecto al del Cooper ‘a secas’. No obstante, el compresor propicia que el motor consuma en exceso: homologa 8,4 l/100 km, pero en la práctica es difícil bajarlo de 9,2 l/100 km y, en conducción deportiva, puede rondar los 15 l/100 km con facilidad. Asimismo, en el mercado de ocasión, un Cooper normal, que además es más confortable, cuesta en torno a un 17% menos –nuevo, era 5.200€ más barato–, aunque no incluye el control de estabilidad ni las llantas de 16″ del Cooper S. Con todo, el Cooper S es el Mini de primera generación adecuado para divertirse, pero el Cooper es más racional.

► Pero, si aún lo quieres más bestia…

En 2006, llegó el Mini Cooper S JCW GP, una versión aligerada y con 218 CV de la que sólo se construyeron 2.000 unds. –85 para España–. Costaba 33.000€ y hoy está disponible desde 13.500€.

PRECIOS ESTIMADOS DE VENTA EN LA ACTUALIDAD

MODELO

2002

2003

2004

2005

2006

Mini Cooper S

6.000€

7.200€

8.300€

9.500€

11.000€

REVISIONES

Mini Cooper S (2002)

30.000 km – 235€

60.000 km – 400€

Mantenimiento* Mini Cooper s (2002)

Faro delantero

351€

Bomba de agua

114€

Piloto trasero

135€

Pastillas de freno delanteras

117€

Luna delantera

287€

Discos de freno

231€

Espejo retrovisor

220€

Batería

160€

Paragolpes trasero

405€

Aleta delantera

141€

Paragolpes delantero

330€

Radiador

308€

MINI COOPER S (2002)

PVP nuevo

22.700€.

PVP actual

Desde 6.000€.

Motor

1.6 de cuatro cilindros en línea, 163 CV de potencia a 6.000 rpm y 210 Nm de par a 4.000 rpm.

Cambio

Manual de seis velocidades.

Tracción

Delantera.

Prestaciones

Acel. de

0 a 100 km/h

7,4 seg.

Vel. máx.

218 km/h.

Consumo

8,4 l/100 km.

Peso

1.215 kg.

Maletero

150 litros.

Rivales

Peugeot 206 RC, Renault Clio Sport, Seat Ibiza Cupra…

Valoración

?????

LO MEJOR Y LO PEOR

+

Eficacia del chasis, rendimiento del motor.

Frenos justos, consumo elevado, maletero.

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