
La imagen exterior no difiere demasiado con respecto a un Mini «normal» (el morro y la trasera son idénticos), aunque un poco más robustos, al igual que los bajos y los pasos de ruedas, que son más voluminosos. Aquí demuestra su vocación de todocamino (de hecho utiliza la plataforma del BMW X1). La parrilla y los grupos ópticos son muy similares a los del Mini Beachcomber Concept, que se muestra estos días en el Salón de Detroit.
Por dentro no hay muchas diferencias con respecto a sus hermanos de gama, como se aprecia en el cuentakilómetros, el cuentarrevoluciones (detrás del volante), las salidas de aire o el sistema Mini Central Rail, que incluye la radio de última generación y otorga la posibilidad de incorporar el navegador, bluetooth, conectores para iPod… En cambio sí se han añadido más huecos para objetos.
Tracción total
Como adelantamos ayer, el Mini Countryman (que tendrá diferentes nombres en función del mercado) ofrece como opción el sistema de tracción total All4 (utilizado con anterioridad en el X1), que otorga un plus de diversión y empuje en terrenos difíciles. Este sistema se caracteriza por un diferencial de activación electrónica, que permite distribuir entre el 50 y el 100 por cien del par al eje trasero en caso de necesitar mayor rendimiento. Por su tamaño, altura y tracción 4×4, BMW habla de crossover, aunque a falta de probar su comportamiento off-road preferimos decir todocamino.
Este modelo será el primer Mini con cuatro puertas y portón trasero. Monta de serie cuatro asientos individuales (los dos delanteros están más elevados), aunque se puede escoger de manera opcional una banqueta trasera para tres ocupantes (por el mismo precio). El maletero tiene capacidad para 350 litros, sensiblemente más que un Mini Clubman (260 litros), que pueden llegar a los 1.750 litros con los asientos abatidos.
De 90 a 184 CV
En el apartado mecánico, el Mini Countryman ofrecerá un total de cinco motores, tres de gasolina y dos diésel. Dentro del primer grupo se encuentran un 1.6 de 98 CV, un 1.6 de 122 CV (para el Cooper) y un 1.6 Turbo con tecnología Valvetronic y 184 CV de potencia (reservado para el Cooper S). En cuanto a diésel, encontramos otro propulsor de 1.6 litros con dos niveles de potencia: 90 y 112 CV (One D y Cooper D).
Todos los motores se asocian a una caja de cambios manual de seis velocidades, aunque de manera opcional se puede escoger un cambio automático secuencial de seis marchas.
De serie incluye ESP, control de tracción, dirección electrónica… y se puede montar también una suspensión deportiva, por lo que todo parece indicar que la versión John Cooper Works no se hará esperar.