Y llegó el séptimo. Desde 2001, año en el que nacieron los Mini bajo la tutela de BMW, la marca se ha obsesionado con la búsqueda de nuevos nichos de mercado. Si no, ¿qué explicación tendría el concepto del Mini Paceman que hemos tenido la oportunidad de conducir en su versión de pre-producción y que, esencialmente, es una variante coupé del todo camino Countryman? El Paceman saldrá a la venta a principios del año que viene y añadirá su carrocería de tres puertas al repertorio de Mini ‘normal, Cabrio, Clubman, Countryman, Coupé y Roadster, convirtiéndose en la última incorporación al Mini-clan que experimentará la actual generación. Y menos mal, porque si hubiera otro más, no sabemos qué imagen mental le asignaríamos.
Deportividad a base de diseño… y quitar puertas
En cuanto al diseño de la parte trasera, el Paceman es básicamente una versión tres puertas del Countryman. Ambos coches son idénticos hasta el pilar A. A partir de ahí, el techo del Paceman inicia un suave descenso de 40 milímetros. En la parte trasera hay unos pilotos diferentes y un logo de Mini de dimensiones considerables junto a la denominación del modelo.
Los motores son los mismos que se ofrecen en el Countryman, y se podrá escoger entre tracción delantera o total y entre cambio manual de seis velocidades o automático de variador continuo, también con seis marchas. A pesar de resultar más esbelto, el Paceman es tan sólo 20 kg más ligero que el Countryman, y tanto las cifras de prestaciones como las de consumos son prácticamente idénticas –en el caso del Cooper S que nos ocupa, Mini asegura que se gana una décima en la aceleración de 0 a 100 km/h–.
Por dentro, todo resulta muy familiar, ya que el Paceman utiliza el mismo salpicadero y paneles que el Countryman. Bueno, casi: los mandos de las ventanillas se han reubicado en las puertas en lugar de ir en la parte baja del salpicadero. En cuanto a las plazas traseras, el espacio disponible es bueno, aunque superar los asientos delanteros para acceder requiere un cierto nivel de flexibilidad.
Más sorpresas de las esperadas
Por tanto, ¿cuál es la diferencia desde el punto de vista de Autofácil? Lo cierto es que desde la perspectiva en la que evaluamos los coches en esta publicación –básicamente, en función de la diversión al volante que proporcionan–, hay bastantes diferencias entre ambos modelos. Las modificaciones en el chasis del Paceman parecen algo modestas sobre el papel: tiene unos muelles y amortiguadores ‘ligeramente más firmes’ –Mini no confirma cuánto–, una altura de la carrocería rebajada en 10 mm y una dirección eléctrica retocada. Pero, en las polvorientas carreteras de Mojácar, Almería, donde hemos realizado la primera prueba de este modelo, el Paceman se muestra más eficaz que el Countryman, aunque la marca se empecine en que la diferencia no es tan abultada.
Ambos coches ofrecen una cantidad similar de adherencia, pero mientras que el Countryman siempre cae en un incómodo subviraje cuando entramos rápido en curvas lentas, el Paceman ofrece un mejor equilibrio entre el eje delantero y trasero, ayudando este último a colocar correctamente el coche a la entrada de los giros y proporcionando a la dirección un tacto más directo. Por lo tanto, se percibe más como un Mini de tres puertas en tamaño XL que como un clon del Countryman. Ah, y además resulta más cómodo, y transmite menos vibraciones a través del volante cuando rodamos sobre asfaltos rugosos.
Como en el Countryman, la conocida mecánica 1.6 turbo de gasolina no parece tan potente como debería a tenor de los 184 CV que declara –y eso teniendo en cuenta que su peso, 1.435 kg, no es nada exagerado–. Nos imaginamos que, para imprimir un ritmo realmente impactante en cuanto a prestaciones puras, habrá que esperar a la futura versión JCW, que incluirá la variante del 1.6 turbo con 218 CV –estará disponible en el tercer trimestre del año 2013–.
Más caro que el Countryman… y menos práctico
Todas las críticas al Countryman son relativas, ya que el mercado le ha dado la razón a Mini, con un volumen de ventas más que decente en los tiempos difíciles que vivimos. El Paceman también parece tener el éxito asegurado porque, como coche, es mejor que su ´hermano´ de cinco puertas, y está dirigido a aquellos a los que les gusta la variante clásica de tres puertas del Mini, pero quieren algo más grande y original. La marca todavía no ha desvelado el precio, pero sí nos ha adelantado que estará unos 1.500€ por encima del Countryman. Esto significa que será caro para ser un Mini… aunque resultará más barato que un Range Rover Evoque, que es el modelo al que parece apuntar Mini con esta variante.
Técnica
BIEN CONOCIDO
Todos los Paceman serán ensamblados por el especialista Magna Steyr en Austria –también se encarga de ‘montar’, entre otros, el Porsche Boxster–. Bajo su carrocería de tres puertas, se esconde el chasis del Countryman –plataforma conocida internamente como R60–. Inicialmente ofrecerá una gama de motores compuesta por dos 1.6 gasolina –la versión Cooper, atmosférica, tendrá 122 CV, y la Cooper S, turboalimentada, alcanzará los 184 CV– y dos 2.0 diesel –el Cooper D con 122 CV y el Cooper SD de 143 CV–. De serie, todos vienen con cambio manual de seis marchas y tracción delantera.
MÁS PRECISIÓN GRACIAS A LA TRACCIÓN TOTAL
Por unos 2.200 euros más, se puede tener un Paceman con el sistema de tracción a las cuatro ruedas de tipo ‘hang on’ denominado All4. Normalmente, funciona como tracción delantera, pero un embrague multidisco accionado electromagnéticamente –fabricado por GKN y bautizado como Electro Magnetic Control Device– acopla la tracción trasera cuando es necesario. En total, añade 70 kilos y es capaz de transferir hasta el 50% del par a las ruedas traseras.