El Mini John Cooper Works, o Mini GP para los amigos, es la variante más extrema, deportiva y exclusiva del actual Mini. Hubo anteriormente otros dos Mini GP, aunque ninguno fue tan potente. El primero data de 2006 y tenía 215 CV, el segundo, 218 CV. De cada uno se fabricaron un total de 2.000 unidades.
El actual GP mantiene los 3,87 metros de largo de sus hermanos de gama, pero sólo tiene dos plazas. Las traseras se han eliminado, algo que tenía su sentido teórico en una búsqueda de reducción de peso que, en la práctica, no se ha producido: sigue pesando los mismos 1.330 kilos que pesa el John Cooper Works de 231 CV. Al menos, le basta para ofrecer un maletero de 612 litros, mucho más que os 211 litros del JCW normal…
Como el John Cooper Works, el John Cooper Works GP emplea un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros turbo que desarrolla 306 CV y 450 Nm, lo que supone 75 CV más que el JCW normal. Tiene tracción delantera, sólo se puede adquirir con un cambio automático de convertido de par y ocho velocidades y cuenta con un diferencial autoblocante. Con todo, este Mini GP acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, y alcanza una velocidad punta de 265 km/h.
Además, el GP cuenta con las correspondientes modificaciones en la suspensión, que es más firme que la del JCW y que cuenta con 10 mm menos de altura. El GP no tiene suspensión adaptativa ni puede equiparla en opción. Ni tampoco ofrece modos de conducción. Eso sí, el control de estabilidad ofrece tres programas de funcionamiento: On, Off y uno intermedio denominado GP Mode, que permite un leve deslizamiento de las ruedas para favorecer las sensaciones y mejorar la agilidad y la eficacia en conducción deportiva.
En el exterior, los cambios son muy llamativos. Además de los paragolpes deportivos con un diseño específico, los pasos de rueda cuentan con unos voluminosos ensanchamientos realizados en fibra de carbono, y en la parte trasera destaca el enorme alerón de doble plano. Por cierto, todos los Mini GP son del mismo color y cuentan con los mismos detalles pintados en rojo. Las llantas de aleación, por su parte, son de 18 pulgadas.
¿Cómo va el Mini JCW GP 2020?
Si nos referimos al apartado prestacional, este Mini es muy rápido. Tiene un motor de respuesta muy contundente desde bajas revoluciones y eso, unido a la rapidez con la que actúa el cambio automático, le permite ganar velocidad con mucha facilidad. Sube de vueltas con tanta rapidez y lo hace con tal contundencia que hasta es fácil llegar al corte de inyección (por otra parte, situado a 6.500 rpm, un régimen relativamente bajo) casi sin darnos cuenta si optamos por utilizar el cambio en modo manual. El sonido es bonito, bronco, deportivo y bastante perceptible, pero no llega a resultar molesto y sí gustará al cliente potencial del GP.
Por comportamiento, el GP se ve claramente marcado por las reacciones del eje delantero. La dirección es rápida, precisa, y con un tacto un tanto pesado que casa bien con el planteamiento del coche. Sin embargo, el diferencial autoblocante tiene en ocasiones reacciones un tanto bruscas, tanto que nos puede desviar de la trayectoria con cierta facilidad si estamos acelerando con decisión en un cambio de rasante o a la salida de una curva. La cuestión es que el eje delantero tiene tal facilidad para cambiar de dirección que es muy importante estar atento a estas reacciones para poder guiar al GP por donde queremos.
El eje trasero, en cambio, es muy noble. Va siempre muy sujeto, a diferencia de los anteriores GP, que tenían una mayor facilidad para redondear las trazadas. Esto hace que el GP parezca más sencillo de conducir deprisa pero, en la práctica, las reacciones de sus antecesores nos resultaban más deportivas y hasta terminaban ayudando a mejorar la agilidad en zonas reviradas.
La suspensión tiene un tarado firme y, aunque no es seca, sí sacude el cuerpo de los ocupantes con la suficiente energía como para no ser el coche ideal para un viaje de 500 kilómetros… Eso sí, en carreteras de curvas, su trabajo es muy bueno: sujeta muy bien los movimientos de la carrocería, hay muy poco balanceo y, al mismo tiempo, tiene una suficiente capacidad de absorción para que las pequeñas irregularidades del asfalto no provoquen que las ruedas tienden a despegarse con facilidad del asfalto. Los frenos, por su parte, cumplen bastante bien por resistencia, y ofrecen una elevada mordiente que ayuda y se agradece a la hora de frenar con decisión en conducción deportiva.
El precio del Mini JCW GP, ¿es exagerado?
Llegados a este punto, hay que hablar del precio. Este Mini GP cuesta 45.900 euros, mientras que el JCW con cambio automático se queda en 36.162 euros. Quizá sea un precio un tanto exagerado si sólo nos atenemos a las modificaciones técnicas, pero si tenemos en cuenta que sólo habrá 100 unidades en España, la cosa cambia. Y es más, así lo deben pensar las 100 personas que ya han pagado ese dinero por tener uno de estos exclusivos Mini GP en su garaje.