Qué debes saber de…
|
Esto me suena…
El diseño de este Racing Lancer está inspirado en el del Mitsubishi Lancer Sportback de serie -en la foto-. Sólo comparten el nombre y algunos rasgos estéticos, como faros, calandra… pues tanto el motor como el chasis –multitubular– de este Racing Lancer son específicos y no los lleva ningún modelo de calle.
No es un sueño…¡Es real!
Impaciente, llego al lugar de encuentro y veo al Racing Lancer en la línea de salida: «¡Vaya ‘bicho’!», pienso. La imagen del coche es brutal, sobre todo por su generosa anchura, que llega casi a los dos metros -1,99; seis cm más que todo un Porsche Cayenne- y que le hace parecer muy corto -pese a medir 4,47 metros de largo; un cm menos que un Ford Focus de cuatro puertas- y hasta bajito -aunque tiene 1,90 m; tres cm más que un Mitsubishi Montero de calle-.
Su imponente estampa es tan espectacular que por eso lo que más me sorprende al verlo ahí quieto es que, aunque está en marcha… suena demasiado poco. Sí, escucho el clásico y gutural ruido que emiten los escapes, pero del motor parece salir tan sólo el sonido generado por los electroventiladores… y es raro, pues este Mitsubishi adapta un propulsor 3.0 V6 de 280 CV... ¡turbodiesel! ¿Por qué la mecánica es de gasóleo? Nani me lo explica: «Este es el primer año que empleamos un motor de este tipo.
La reglamentación actual de los raids favorece a los vehículos diesel porque les permite incorporar turbo -los gasolina tienen que ser atmosféricos-, y así obtienen un mayor rendimiento… y son más rápidos.» Además, su autonomía es un 20% mayor -aunque pueden llegar a consumir hasta 30 l/100 km, en lugar de los casi 40 que gasta un gasolina-.
El Racing Lancer Por Dentro
Odómetro
Lo utilizan los copilotos para medir las distancias y para calcular los tiempos parciales por etapa. También se conoce como trip.
Cambio
Es secuencial de cinco velocidades. Tirando hacia atrás sube de velocidad y hacia delante reduce. En marcha, no hace falta pisar el embrague para cambiar.
Volante
Está forrado en Alcántara para evitar que resbale y está firmado por OMP. Detrás se encuentra el indicador de marcha engranada.
Consola central
Tiene infinidad de botones que sirven para controlar todo tipo de mandos: el reglaje de los diferenciales, la iluminación, el sistema de arranque, los fusibles…
Las ventanillas son de plástico para ahorrar peso. El salpicadero lleva el GPS incorporado -su utilización supone penalizaciones de tiempo-.
Los pedales son metálicos y de superficie rugosa para favorecer el agarre de las botas. El del freno es más ancho porque los pilotos acostumbran a frenar con el pie izquierdo.
Quién lo prepara
El Racing Lancer ha sido fabricado por el departamento de competición de Mitsubishi Motors. Su desarrollo comenzó en 2006 y el nuevo propulsor turbodiesel se probó, por primera vez, en junio de 2007 en un Mitsubishi Montero.
En junio de 2008, el Racing Lancer comenzó a rodar en tests en España y en Marruecos y oficialmente debutó el 30 de octubre en la Baja Portoalegre. Se ha puesto especial hincapié en el control del peso -los motores diesel pesan en torno a un 30% más que los gasolina- y en la reducción del centro de gravedad -mejora la conducción-. Nani Roma opina que «el Racing Lancer es más competitivo que los anteriores vehículos con los que hemos participado en el Dakar».
Y llegó la hora…
Acceder al interior del Racing Lancer resulta complicado porque su pequeña puerta está a unos 90 cm de altura respecto al suelo y la jaula de seguridad deja muy poco espacio para entrar. Consigo sentarme en el bacquet y, mientras Lucas Cruz me coloca los arneses -sustituyen a los cinturones de seguridad convencionales-, me llama la atención el salpicadero: tiene casi más botones que el de un avión de pasajeros -ver consola central, a la izquierda-. Lo siguiente que pienso es que este habitáculo no parece el lugar más cómodo para cubrir los hasta 900 km que tienen las etapas del Dakar; según Nani «al final, te acostumbras a él… además, en carrera, ¡nadie piensa en ir cómodo!»
Cierro la puerta. «¿Me oyes? Pues vamos allá, te va a encantar», me dice Nani a través del interfono que tiene incorporado el casco -si no lo llevara, en carrera, el ruido de la mecánica le impediría comunicarse con su copiloto-. Suena un fuerte ‘clonk‘ cuando engrana la primera velocidad -tiene cinco- de la caja de cambio secuencial y salimos despacio para evitar levantar demasiada polvareda en la zona donde se encuentra el personal del equipo.
Pocos metros después, Nani da un fuerte acelerón… y, entonces, el motor sí que empieza a rugir como es debido. Me fijo en que el límite de revoluciones del propulsor de este Racing Lancer es significativamente más alto que el de un diesel de calle, ya que Roma cambia de marcha en torno a las 5.000 rpm. El vehículo acelera con tal rapidez que es necesario cambiar de marcha constantemente -se hace sin soltar el acelerador y sin pisar el embrague, pedal que sólo se usa para iniciar la marcha y para evitar que el coche se cale al detenerse-.
¡Cómo se mueve!
Que el ‘Mitsu‘ siempre tenga muy buena respuesta se debe también a que los desarrollos de la caja de cambio son muy cortos, de forma que no sólo la aceleración, sino también la capacidad de recuperación son impresionantes… aunque la velocidad punta se queda en ‘sólo’ 180 km/h; cifra que alcanza en apenas 15 segundos y que ‘da de sobra’ para sobrevolar el desierto.
La pista que nos han preparado para la ocasión comienza con una zona repleta de baches y agujeros; si yo tuviera que pasar por aquí en un buen TT, lo haría con sumo cuidado y sin sobrepasar los 20 km/h… Por eso, cuando veo que Nani atraviesa esta primera parte del tramo a más de 140 km/h, no puedo evitar ‘apretarme’ contra el bacquet…. El Racing Lancer supera todas las dificultades del terreno como si nada, ¡sorprendente!… a medida que avanzamos, la pista se complica aún más y los baches se convierten en auténticos socavones… por los que cruzamos a más de 100 km/h. Parece que el coche se va a partir en dos… pero nada más lejos de la realidad.
La suspensión, que lleva dos amortiguadores por rueda, se lo ‘traga’ todo sin inmutarse, si bien eso no impide que, en ocasiones, transmita con violencia al habitáculo las irregularidades de la pista y te sacuda como si fueras una marioneta…
Cuando creo que lo más emocionante ha pasado, escucho por el interfono «¡¡¡prepárate, que saltamos!!!» Nos aproximamos a una rampa que apunta hacia el cielo… y vamos a 120 km/h. De repente, las cuatro ruedas del Lancer -que ofrecen un agarre impresionante- se despegan del suelo durante unas interminables décimas de segundo. El morro del coche comienza a caer y, mientras, yo me agarro a todo lo que puedo, pensando que el ‘golpetazo’ contra el suelo va a ser mayúsculo. Sin embargo, el Racing Lancer ‘aterriza’ como si nada, absorbiendo la caída con la misma naturalidad con la que una cómoda suspensión neumática de un turismo pasa por cualquier badén. Unos metros después, llegamos a una zona donde hay varias horquillas -curvas de 180º-.
Nani se dirige a toda velocidad a la primera, reduce de marchas con una mano y con la otra controla el volante… entonces, pega un fuerte pisotón al freno. Nunca creí que un coche pudiese frenar tanto en tierra… ¡sobre todo si pesa 1.900 kilos! Intento pegar mi cabeza contra el bacquet y no puedo dejar de sorprenderme al ver cómo el Lancer entra en la curva con una agilidad digna de un Mini GTI con la mitad de peso.
El eje trasero empieza a derrapar hasta que el morro se queda mirando hacia la salida de la curva. Nani controla la situación como si nada, moviendo con suavidad una dirección que le obedece con fidelidad. Entonces, vuelve a acelerar a fondo; la tracción total hace que las cuatro ruedas empiecen a transmitir los 280 CV al suelo de una forma brutal, dejando un surco bajo las ruedas. En las curvas rápidas de la última parte del circuito, la generosa batalla de 2.900 mm le asegura una estabilidad impresionante, tanto que a Nani le basta ‘apuntar’ con la dirección hacia donde quiere ir para que el coche se limite a pasar por allí tan rápido como permitan las leyes de la física.
Lamentablemente, llegamos al final. «¿Te ha gustado?», me pregunta Nani. Y, en ese momento, tan sólo se me ocurrió una respuesta: «¿Puedo ser tu copiloto en el Dakar de 2010?»
La mecánica del Racing Lancer
Iluminación
Curiosamente, el Racing Lancer tiene faros diurnos de Led´s. Las luces de cruce son como las de un coche de calle. Si compite de noche, se le coloca una parrilla de faros adicional en el capó.
¡Qué puertas más raras!
Para facilitar el acceso, las puertas se abren hacia arriba -las bisagras se encuentran en el pilar A, entre el parabrisas delantero y la puerta-.
Chasis
Nada que ver con el de los coches de calle. Es un entramado de tubos de acero que forman una jaula enorme sobre la que se sustenta el motor y la carrocería.
Ruedas
Las llantas son de magnesio y los neumáticos son unos BF Goodrich en medida 245/80/16 en las cuatro ruedas -cada neumático cuesta 350 –-.
Carrocería
Está íntegramente fabricada en fibra de carbono para ahorrar hasta un 60% de peso respecto a la de chapa.
Atrás
Tras los dos asientos ‘viaja’ el depósito de combustible -de 460 litros de capacidad- y dos ruedas de repuesto con sus herramientas.
Monta unas atractivas llantas OZ Racing de 16″. En el Dakar, cada coche emplea unos 60 neumáticos -un juego por etapa-.
Lleva dos amortiguadores de gas por rueda -de la marca BOS- de 250 mm de recorrido delante y detrás.
Las tomas de aire del techo refrigeran el habitáculo.
Los faros traseros son casi calcados a los del Lancer Sportback y utilizan Led´s.
Los terrenos pedregosos arrancan literalmente trozos de los neumáticos.
¿Quieres competir en raids con un Mitsubishi?
Mitsubishi organiza cada año la Evo Cup -www.mitsubishicompeticion.com/evocuptt/index.php-, una copa de promoción que se disputa junto a las pruebas del campeonato de España de raids -en 2008, hubo ocho pruebas-. En ella puede participar cualquier persona que tenga carnet de conducir, licencia de piloto expedida por la Federación española de automovilismo -ww.rfeda.es-… y un Mitsubishi Montero o un L200, eso sí, con jaula antivuelco, bacquets…-. El coste de estas modificaciones cuestan desde 5.000– -más el precio del coche-, y a ello tendrás que sumar otros 1.500e para tu equipación -casco, mono, botas, guantes…- y los gastos de carrera -inscripción, asistencia, hoteles, combustible…-.
¿Cuál es el mitsubishi de calle más parecido?
Aunque el diseño del Racing Lancer está inspirado en el Mitsubishi Lancer Sportback, el vehículo de serie con mejores aptitudes off-road de Mitsubishi, en la actualidad, es el Montero -disponible con carrocerías de tres y cinco puertas-. La versión más recomendable es la 3.2 DI-D, que cuesta desde 34.200–.
Ficha Técnica
|