El origen del nombre de las marcas de motos

Daniel Navarro
Daniel Navarro
¿Por qué tu moto se denomina Honda, BMW o KYMCO? ¿Qué significan esos nombres? Pues en cada caso es distinto; veamos algunos.

Como suele ocurrir con estas cosas, cada caso es único y, en algunos, tiene un origen curioso, y en otros, de lo más anodino. Y, por qué no decirlo, es alguna ocasión hay más parte de cuento que de realidad -esto forma parte del marketing de las marcas-, mientras que en otras ocasiones ni está claro ni quién ni cómo se bautizó una marca. No vamos a hacer aquí una enciclopedia de nombres de motos, aunque sí repasar algunos casos que, por ser nombres importantes o por lo curioso de su origen, pueda resultar interesante.

Origen de los nombres: las cuatro grandes marcas japonesas

Empecemos por las que hoy día son quizá las marcas más importantes: las japonesas. Honda, Yamaha, Suzuki, Kawasaki… Nombres muy conocidos que bien podrían esconder significados profundos, al estilo oriental… pero la realidad es mucho menos ‘mística’.

Honda fue fundada tras la Segunda Guerra Mundial por Soichiro Honda, un ingeniero que inventó y fabricó motores para ser montados en bicicletas y que enseguida pudo construir sus primeras motos. Hoy día es la más grande de las cuatro; no obstante, fue la última en llegar y la única cuyo origen está en la moto. ¿Cuál es la más antigua? Su gran rival: Yamaha.

Yamaha

Yamaha fue fundada en 1887 por Torakusu Yamaha, que montó una empresa que fabricaba pianos y órganos y le puso por nombre Nippon Gakki Co (significa Instrumentos Musicales del Japón). En la Segunda Guerra Mundial fabricaron hélices de avión y, terminada la contienda, decidieron emplear esa maquinaria para construir motos. Pero eso llegó en 1955. Ahora, como sabes, hacen instrumentos musicales por un lado, y motos y motores por otro; son dos compañías emparentadas, pero diferentes.

Suzuki tiene un origen parecido: Michio Suzuki, ingeniero e inventor, montó una empresa para fabricar telares en 1909. Les fue bien y unos años después, buscando diversificarse, pensaron en fabricar algo que se vendiese directamente al público. De esta forma, en 1937, construyeron un pequeño (aunque muy avanzado) coche de 800 cc. Tuvo una vida corta (en 1939 comenzó la Gran Guerra) y volvieron a los telares hasta que en los 50 retomaron la automoción, en este caso, con un pequeño motor para bicicleta.

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Ya en 1954 se convierten en Suzuki Motor, con la moto como producto principal. Cabe destacar que Suzuki es un apellido muy común en Japón, tanto como nuestro García o Pérez, por lo que no es difícil encontrarte (a mí me ha pasado) con alguien llamado Suzuki y trabaje en Honda o Yamaha…

Kawasaki Heavy Industries es, actualmente, la más grande de las cuatro compañías. Su negocio de motocicletas, Kawasaki Motor, no está entre los principales negocios del grupo, cuya mayor facturación corresponde a la rama de los barcos, trenes de última generación, motores de aviación o maquinaria industrial. Fue fundada por Shozo Kawasaki en 1896, si bien ya era una evolución del primer astillero que este empresario montó en 1878; de ahí que haya disputa con Yamaha por cuál es la más antigua.

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Ahora un inciso: no podemos hablar de Kawasaki sin mencionar a Meguro (nombre hace referencia a un distrito de Tokyo), una compañía fundada a fínales del siglo XIX y la primera en hacer motos. En los años 20, tras un acuerdo con Harley Davidson fabricaron su propia versión del V2 americano y desde entonces se dedicaron a las motos. Copiaron, normalmente con acuerdos, las Motosacoche 500 mono en los años 30 y las BSA A7 en los 50, generalmente con muy alta calidad de fabricación. En la década de los 60 firman un acuerdo con Kawasaki Aircraft, que les acabaría absorbiendo.

Origen de los nombres fuera de Japón

Comenzamos el repaso con Husqvarna, que es el nombre del pueblo donde este antiguo fabricante de armas comenzó su historia. De hecho, es una de las empresas más antiguas que siguen en funcionamiento, pues fue fundada en 1689. KTM también pertenece a esa categoría de marcas que hacen referencia a su lugar de origen, pero en este caso, también a su fundador: Hans Trunkenpolz funda, en 1934, un taller donde también se dedica a vender motos (DKW) y coches (Opel). Llama a su negocio Kraftfahrzeug Trunkenpolz Mattighofen, que se puede traducir (más o menos) como Vehículos a motor de Trunkenpolz, Mattighofen, siendo este último el pueblo donde estaba la empresa.

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BMW también tiene su origen en el nombre: Bayerische Motoren Werke. No es precisamente un derroche de imaginación, ya que la traducción literal es fábrica de motores de Baviera. Y, por seguir con las marcas de tres letras, BSA, que es el acrónimo de British Small Arms (pequeñas armas británicas), nombre que define a la perfección su anterior ocupación.

Otras marcas inglesas, como Norton o Triumph hacen referencia, en el primer caso, al apellido del fundador (James Lansdowne Norton) o a un nombre elegido: Sigfried Bettmann, fundador de Triumph en Inglaterra no quiso poner su nombre alemán a su marca de bicis y se decantó por este término que, traducido al español, significa triunfo. Por cierto, Triumph también fabricó en Alemania, a través de una subsidiaria.

Vamos con SWM, que suena a alemán, pero es italiano. Fundada a principios de los 70, estas tres letras hacen referencia al lugar de origen y al nombre de sus fundadores. Significa Sironi Vergani Vimercate Milano. Y esas dos «V» se unen en una sola. Es erróneo el significado atribuido unos años después, afirmando que era el acrónimo de «Speedy Working Machine».

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Siguiendo con los italianos, Ducati procede de su fundador (Antonio Ducati, que fabricaba radios), mientras que Benelli es el apellido familiar de varios hermanos que montaron esa fábrica y no siempre se llevaron bien: en un cabreo, uno de ellos (Giuseppe Benelli) se marchó y fundó Moto-B Pesaro, que enseguida pasó a ser conocida como MotoBi.

No obstante, los más constructores italianos sobre dos ruedas son Vespa, de Piaggio, y Lambretta. El origen del primero es curioso: por lo visto, el presidente de la compañía, Enrico Piaggio, descendiente del fundador de una empresa que empezó en 1884 haciendo carruajes y vagones de trenes, vio el primero de sus famosos scooters fabricados y dijo «sembra una vespa» (parece una avispa). Si esto fue así o tiene una parte fabulada por darle un poco de «salsa» a la historia, no lo sabemos.

Vespa Primavera ET3

Lambretta lleva el nombre de un duende (o hada, no está muy claro) que cuida del rio Lambro, el cual pasa por el barrio donde se hacia este scooter. Siguiendo con los scooters, ahora los taiwaneses son líderes en esto: KYMCO suena muy internacional, pero al igual que su gran rival, SYM, su origen es taiwanés y similar: Kwang Yang Motor Company y SanYang Motor, respectivamente.

Origen de las marcas españolas

Por último, un repaso rápido al origen de nuestros nombres más famosos. Montesa fue inventado por los fundadores de la marca, Permanyer y Bultó, haciendo referencia a los Caballeros de la Orden de Montesa, una orden militar medieval, haciendo paralelismos entre un motorista y un jinete de entonces. De Bultaco, está todo contado y recontado: cuando Bultó se separa de su socio funda su propia marca y decide ponerle por nombre la contracción de su nombre tras el inicio del apellido: Paco Bultó.

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OSSA tiene su origen en Orpheo Sincronic Sociedad Anónima. Orfeo es un semidiós griego, que toca la lira para amansar a las fieras y relajar a los hombres que lo escuchan. Sincronic hace referencia al sincronismo necesario en los equipos de proyección de cine, otra actividad paralela a la fabricación de motos. Seguimos con Sanglas, que pertenece a ese grupo de marcas que llevan el apellido de sus fundadores, los hermanos Martín y Javier, y Rieju, que procede del apellido de sus dos socios: Riera y Juanola (nada que ver con el de las pastillas de regaliz). Y terminamos, cómo no, con Derbi, quizá uno de los casos más curiosos: cuando Simeón Rabasa se lanzó a fabricar motos (hasta entonces hacía bicicletas) las nombró como DERivados de BIcicletas.

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