Prueba Husqvarna Svartpilen 125: la ciudad oscura

Daniel Navarro
Daniel Navarro
Husqvarna convirtió, hace un tiempo, las famosas Duke de su marca hermana KTM en motos de este estilo entre retro y streetfighther. En el caso de las Vitpilen se hizo con cierto aire café racer. En el de las oscuras Husqvarna Svartpilen, trail. En Esta última declinación, esta es su versión más urbanita. 

Vitpilen y Svartpilen. En sueco, flecha blanca y flecha negra respectivamente. Nacieron como prototipos de salón tras la llegada de la marca al paraguas del ya gran grupo KTM: con la base mecánica de las exitosas Duke, en Husqvarna hicieron una lectura «histórica» de esa plataforma que dio lugar a esas motos. La blanca, Vitpilen, era una interpretación «café racer». La negra Svartpilen se iba más hacia el lado Scrambler. Pero de líneas absolutamente originales y diferentes a todo lo ofrecido hasta ese momento. 

Está claro que ese diseño gustó al público. Las motos llegaron en esa cilindrada, ahora media, con el motor 390 y el nombre en Husqvarna de 401. Un tiempo después se ofrecía el mismo «pack», pero esta vez basado en la también original plataforma 690: Vitpilen 701Svartpilen 701, para la que buscaba algo más, eran igualmente llamativas pero mucho más potentes. De estas dos, te puedo asegurar que la Svartpilen, con este motor, no solo es bonita: es una de las motos más gamberras y divertidas del panorama actual. 

El siguiente paso estaba claro: había una plataforma Duke 125 por explotar. Una moto también exitosa y con prácticamente el mismo chasis que la 390. Luego transformar también la moto del octavo de litro a esta filosofía Husqvarna no debería ser un gran problema. Y aquí esta: Husqvarna Svartpilen 125. 

Husqvarna Svartpilen 125

Se han dejado en el tintero (al menos por ahora, ya veremos que pasa en el futuro) la versión Vitpilen. Sinceramente, no sé por que. Seguramente tendrá que ver con las cifras de ventas de los dos modelos, o quizá con la parte ergonómica de la moto: las Vitpilen, donde vas mucho más tumbado, son más lógicas en cilindrada más alta y más «de carretera». Las Svartpilen, con manillar elevado y una posición más recta parece más lógica en la ciudad, el entorno típico para una 125. 

Como te decía -y como ha sucedido desde el principio de esta historia- la Husqvarna Svartpilen 125 también es una derivada de la KTM Duke 125. Mismo chasis, mismo motor y equipamiento similar (en suspensiones y frenos) en una moto con una decoración y estilo muy exclusivo y diferente. Lógicamente, esta plataforma es ya la Euro 5. Y si las Duke 125 han ido «civilizándose» con cada una de las evoluciones Euro por las que ha pasado, la Husqvarna es, también, una 125 de comportamiento muy razonable. Una moto capaz de salir a la carretera e incluso de plantearte excursiones por sitios no asfaltados -sus neumáticos, por lo menos, se lo permiten-. Pero cuyo habitat natural va a ser la ciudad. Eso sí, con una estética muy exclusiva y llamativa. Y otra ventaja, a un precio mejor que el de su hermana Duke

Cómo es la Husqvarna Svartpilen 125 

Husqvarna Svartpilen 125

A estas alturas, poco te voy a descubrir sobre la Husqvarna Svartpilen 125: si conoces la Duke, técnicamente ya sabes de qué estamos hablando, puesto que ya te he desvelado – que tampoco hacía falta, se le nota de lejos- que es la misma plataforma. Pero aún así, hagamos un recordatorio de cómo son estas motos. 

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El chasis, como no podía ser de otra forma, es un enrejado multitubular en acero. Cumple más que sobradamente con su función: rígido y ligero, es responsable de gran parte del buen comportamiento de la moto. El basculante también es el clásico de «la familia»: está hecho en aluminio y lleva los refuerzos hacia afuera. Un recurso estético que, desde que lo empezaron a emplear en el grupo, se ha puesto de moda y lo encontrarás en otras motos. Es justo reconocer que sigue siendo acertado y más en la estética «dura» de la Svartpilen.  

Sobre él hay un amortiguador de anclaje directo WP Apex. Delante, la horquilla también es de la misma marca. Lleva neumáticos trail, Pirelli Scorpion STR, sobre llantas de radios de 17″. Es igual que la 401 en esto. La 701 tiene variaciones en la carrocería y llantas de palos con la delantera de 18″ y neumáticos más asfálticos. En los frenos, un enorme disco delantero de 320mm y detrás, de 230, con pinzas Bybre (segunda marca de Brembo) de anclaje radial y ABS Bosch estándar de última generación. Este puede desconectarse de la rueda trasera, en el modo que la marca llama «supermoto». 

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El motor es el monocilíndrico que creó KTM para su Duke, ya en versión Euro 5. No ha perdido potencia y sigue siendo uno de los más punteros de la categoría, con los 15 CV «intactos» todavía, a 10.000 rpm. Lleva cuatro válvulas, dos árboles de levas y eje contrarrotante para evitar vibraciones, así como un cambio de relación cerrada. Es un motor de carrera muy corta, al que gusta subir de vueltas. Es, además, más suave y «tranquilo» de funcionamiento que sus predecesores: eran muy rápidos, pero también mas toscos y con una entrega menos suave. Ahora es mejor para su uso ciudadano.  

La carrocería, a la vista está, es absolutamente minimalista. Ni hay colín. El «kit» de depósito más asiento es de líneas rectas y muy secas, completamente «sobre» la moto, dejando todo a la vista. Es muy llamativa. Detalles, además, como ese portabultos sobre el depósito son muy originales y diferente a cualquier otra moto. 

Aún así, en la iluminación se ha optado por un equipo completamente de LEDs, mientras que en el cuadro sigue conformándose con la unidad que llevaron las Duke de primera generación -en estas ha cambiado por una pantalla TFT en color-, LCD en blanco y negro, redonda, completa en cuanto a información, con una luz de destello rojo sobre él para avisarte del sobrerrégimen. Muy necesario en una moto así, puesto que lo vas a ver encenderse muchas veces. Tiene tapón de gasolina con bisagra, en aluminio, con el logo de la marca grabado, la Husqvarna Svartpilen, también en 125, destila calidad en todos los detalles a la vista. 

Cómo va la Husqvarna Svartpilen 125 

Husqvarna Svartpilen 125

Husqvarna ha conseguido con las Svartpilen una gama perfecta. Un escalado ideal para alguien que se apasione con este modelo. He probado las tres y efectivamente ves una lógica en esa escalada: la 701, la más «gamberra» de todas, requiere cierta experiencia para sacarle el jugo; es rápida de motor y reacciones, muy intuitiva y divertida de llevar. Algo «bestia», si quieres, pero divertidísima. La 401 es más razonable: una buena moto media. No tan rápida como una Duke 390, por ejemplo, pero sí muy polivalente y atractiva. La 125 es una moto noble, fácil, más tranquila en todas sus reacciones. Si te sacas el A1, pasas por la 125; el A2, por la 401, y con el A llegas a la 701 deslimitada, verás como cada paso si requiere más experiencia y cómo las sensaciones que las Husqvarna Svartpilen transmiten van en aumento hacia esa experiencia única, a medio camino entre el supermotard y el «streetfighther». 

La Husqvarna Svartplien 125 es una moto alta: 835mm de altura de asiento, en una moto que ni es especialmente estrecha. Tampoco es excesivamente ancha: con 1,65 llego bien con un pie. Se nota ligera y no es mucho problema balancearte de un lado a otro para poner uno u otro pie, según te convenga. El motor arranca con suavidad y con un sonido muy contenido y agradable. No hay vibraciones y los mandos son suaves, con un embrague blando y de buen tacto y un cambio preciso.  

De hecho, tiene algo de esa «esencia Ready to Race» que suelen tener los motores KTM: a veces tendrás que buscar el punto muerto entre primera y segunda, puesto que están cerca, para que no sea un problema que al cambiar en curvas cerradas se quede en ese punto muerto. Con la marcha metida, sueltas el embrague y la moto es capaz de mantenerse al ralentí rodando, sin necesidad de jugar con el embrague. Es más, si en ese momento abres gas a tope, no hay una sola «tos»: acelera con contundencia hasta donde quieras, hasta encender esa luz de sobre régimen. Vas metiendo marchas para arriba y el motor demuestra, una vez más, ese bien calculado equilibrio entre potencia arriba y par: encuentras de todo. A medio régimen es capaz de rodar tranquilo, y abres gas y se va hasta arriba sin una sola protesta. Cuando ya estás muy cerca de encender esa luz sí notas alguna vibración más, pero no molestan. Son suaves y te ayudan a pilotar sin mirar el cuentavueltas. 

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El cambio de relación cerrada es un gusto: el escalonamiento es perfecto. Pero en la Duke esa sexta tirando a corta sirve para que la moto alcance el tope de vueltas en 6ª cuando quieras. A la Svartpilen, con peor aerodinámica y siete kilos más pesada le cuesta más meterse en la zona roja del cuenta en llano y prácticamente imposible si hay algo de subida o de viento en contra. Así, esa sexta parece algo larga y te verás «jugando» con el cambio entre 5ª y 6ª para mantenerla sobre los 100 km/h en el marcador. Con algo de bajada sí le verás incluso pasar de los 120 km/h, y si después llegas a un llano, sin viento, podrás mantener la velocidad. 

Pero es en la ciudad donde la Svartpilen se nota más a gusto. Gira mucho y se siente ágil y maniobrable. El cambio aquí sí que es perfecto y acelera muy bien, con muy buena recuperación en 3ª y 4ª. La posición erguida, el manillar ancho, unas suspensiones bien calculadas, ni muy duras pero tampoco blandas, con los neumáticos Pirelli, te dan buenas sensaciones y permite llevarla rápido por rotondas y esquinas, en una perfecta «aprendiz» de lo que llegará con la 701. 

Lo mejor: 

-Comportamiento sano y divertido 

-Estética impactante 
 

Mejoraría con: 

-Cuadro de diseño algo pasado 

-Algo alta de asiento 

Así vemos la Husqvarna Svartpilen 125 

En carretera: 3 

En ciudad: 4 

Pasajero: 2 

Confort: 3 

Equipamiento: 3 

Autovía: 2 

(Puntuación de 1 a 5) 

Una moto espectacular de ver, adaptada al uso en ciudad para los que no tienen carnet de moto, con toda esa estética rompedora que Husqvarna supo dibujar para esta gama. Una moto cómoda en la ciudad, divertida en carreteras reviradas, que permite subir a alguien detrás, pero con un sitio mínimo, que se reduce visualmente por la falta de colín. El equipamiento es destacable en toda la parte técnica: frenos, ruedas, suspensiones, son de primer nivel, pero el cuadro LCD baja puntos a una moto, por lo demás, impecable, agradable en la ciudad y algo justa, -como casi todas las 125- en la autovía. 

Husqvarna Svartpilen 125

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