New Holland no sólo responde así a las cada vez mayores exigencias de reducción de las emisiones, sino al deseo de granjeros y agricultores de liberarse de su dependencia de los combustibles fósiles. Al disponer de terreno para ello, pueden tener instalaciones solares, eólicas, etc, de donde extraer a su vez el hidrógeno que precisen.
La empresa de maquinaria agrícola, perteneciente al Grupo Fiat, continúa así en la línea que ya inició con su apoyo al biodiesel, una alternativa que nunca ha convencido a movimientos sociales como los ecologistas, pues para surtir la demanda actual exigiría deforestar extensas zonas de bosque y destinar a nuestros vehículos lo que no dejan de ser alimentos en potencia para el tercer mundo.
El NH2 está basado en el New Holland T6000, actualmente en el mercado. Como todos los vehículos alimentados por hidrógeno, sólo emite el vapor de agua generado por la reacción con el oxígeno, presente en el aire del interior de la célula de combustible. La reacción crea agua… y electrones, la energía con la que se moverá el NH2.
Por lo demás, el NH2 es como cualquier otro tractor: Lo es en transmisión, equipamiento, maquinaria… Eso sí: Sólo tiene una autonomía de hora y media y la tecnología del hidrógeno aún tiene precios prohibitivos. Pero tal vez eso cambie cuando el NH2 pase a la producción en serie en 2013.
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