Es en este último aspecto, el industrial referido al automóvil, en el que merece la pena desvelar algunas cifras que nos ayuden a comprender la importancia de este sector. Aunque nos sorprenda, España es el segundo mayor fabricante europeo de coches, por delante de Francia, Italia y el Reino Unido y sólo aventajados por la todopoderosa Alemania. Si cruzamos más allá de los océanos, con 2.387.900 vehículos/año, encontramos a España convertida en la octava potencia mundial, por detrás de China, Japón, EE.UU., Alemania, Corea del Sur, Brasil e India. Desde otra perspectiva, estos datos se traducen en que la industria automotriz genera en nuestro país 560.000 puestos de trabajo y representa el 6% del PIB.
Sin embargo, al otro lado de la balanza aparece nuestro parque automovilístico, catalogado como de los más viejos de Europa -incluso superamos a Grecia en antigüedad-. Y la cosa va a peor: las previsiones apuntan que, para el próximo año, los coches españoles con más de diez años superarán el 42% del total de los que circulan por nuestras calles y carreteras, algo que no había ocurrido jamás en la historia. Como tampoco había ocurrido nunca la dramática caída de ventas de vehículos, pues en sólo tres años han pasado de matricularse 1.600.000 coches a los 830.000 con que se cerrará 2011. Ante esta penosa situación, y con el 20-N a la vista, desde autofácil hemos preguntado a los políticos qué planes tienen al respecto si ganan las Elecciones. Sus respuestas hacen vivo el refrán: -para gustos, están los colores–