Nos ponemos al volante del Opel Zafira Tourer

Opel comercializará a partir de diciembre la tercera generación del Zafira.


El nuevo modelo, que pasa a denominarse Zafira Tourer, estará disponible de inicio con dos mecánicas de gasolina 1.8 de 115 CV y 1.4 Turbo de 140 CV y diesel 2.0 CDTI de 110, 130 y 165 CV. Ya en 2012, llegará una versión ecológica 2.0 CDTI de 130 CV Ecoflex y una variante 1.6 CNG turbo de 150 CV impulsada por gas natural. El Zafira Tourer está disponible desde 19.965 euros. En principio, este modelo no sustituirá inmediatamente al antiguo Zafira, sino que ambos modelos convivirán en el mercado, al menos, durante 2012.Nosotros ya hemos tenido una primera toma de contacto de unos 100 kilómetros por las cercanías de Munich, repartidos a partes iguales por autopista y carreteras secundarias. El recorrido por ciudad fue meramente testimonial.

Por fuera: enorme y diferente

A diferencia de muchos de sus competidores, el Zafira Tourer se ofrecerá con una única carrocería para las versiones de cinco y siete plazas. Frente al anterior Zafira, el nuevo modelo ha crecido 19 cm -mide 4,66 metros-; algo que le posiciona como uno de los monovolúmenes más largos, por delante de los que Opel considera sus mayores oponentes: el Renault Grand Scénic y el Citroën Grand C4 Picasso. En cuanto al diseño, resulta un monovolumen diferente gracias a sus ópticas delanteras con formas de boomerang, la posibilidad de equipar un techo panorámico o sus marcadas líneas laterales. Eso sí, su carrocería no incluye ninguna protección contra los pequeños golpes de aparcamiento.

Además, el Zafira Tourer estrena la segunda generación del sistema portabicicletas FlexFix; que permite transportar hasta cuatro bicicletas -soporta hasta 100 kilos de peso-. Además, ahora puede -bascular- hacia un lado soltando un enganche; de modo que permite abrir el portón trasero con las cuatro bicicletas enganchadas.

Por dentro: cinco viajan en Business… y siete en turista

El Zafira Tourer se podrá elegir con cinco o siete plazas -por sólo 350 € más-. Como en el modelo anterior, en las versiones de siete plazas las dos filas traseras de asientos se pueden ocultar bajo el suelo del maletero; pero ahora, la fila central está compuesta por tres asientos individuales deslizantes y reclinables en vez de una banqueta corrida. De forma opcional, Opel ofrece en esta fila el sistema Lounge Seating; que permite plegar el asiento central y acercar los dos laterales 50 mm hacia el interior y deslizarlo 280 mm. En cualquier caso, tres pasajeros pueden viajar más cómodos en la segunda fila de asientos que en el anterior Zafira.

En lo que a la tercera fila de asientos respecta, por espacio es sólo recomendable para desplazamientos cortos o para niños. El maletero, por su parte, es regular y cuenta con 710 litros con cinco asientos desplegados -cifra muy buena-; mientras que con las siete plazas ocupadas apenas hay espacio para dos mochilas. Una idea ingeniosa del Zafira es que cuenta con un hueco bajo el suelo del maletero para guardar la bandeja cuando se utilizan los siete asientos.

En marcha: cómodo, aplomado y estable

En la presentación tan sólo tuvimos la oportunidad de probar la versión 2.0 CDTI diesel de 165 CV equipada con suspensión regulable FlexRide con tres niveles de dureza: Tour, Standard y Sport.

El propulsor 2.0 diesel de 165 CV ofrece una buena respuesta desde unas 1.500 rpm. El coche acelera bien desde parado -y eso que sus 1.792 kilos lo convierten en uno de los modelos más pesados del segmento- y ofrece unas prestaciones correctas -acelera de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos y alcanza 208 km/h-. Respecto al comportamiento, el Zafira destaca por confort de marcha y aplomo en autopista con la suspensión en posición Tour y Standard -la diferencia entre ambas en mínima-. Por su parte, en posición Sport la suspensión se endurece y la carrocería balancea menos… pero en ningún momento resulta tan ágil como un Ford Grand C-Max.

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