Nació en el año 2001 con la plataforma del Sonata y por aquel entonces ofrecía buenas cualidades fuera y dentro de la carretera, un acabado razonable y un precio muy competitivo para los que querían un vehículo de tracción 4×4 pero sin renunciar a la comodidad de un turismo. La oferta incluía tres motores de gasolina, uno de cuatro cilindros y dos V6, así como otro diésel, específico para el mercado europeo y firmado por VM Motori. Durante el año 2006 se dio a conocer la segunda generación y en 2007 se puso a la venta con motores de gasolina y gasóleo, aunque son éstos últimos los que se venden más por su consumo. En un primer momento éste motor, de 2,2 litros entregaba 150 CV, para ser posteriormente elevado a los 197, tras el restyling de 2010.
Ahora, a finales de 2012, se pone a la venta la tercera generación con un precio de partida de 33.300 euros para la versión de acceso 2.0 VGT Stadt de 150 CV y dos ruedas motrices hasta alcanzar un tope de 46.190 euros para el 2.2 VGT Style automático de 200 CV.
A simple vista llama la atención el nuevo diseño, que no tiene nada que ver con el anterior y que es menos campero. Según responsables de Hyundai, es más largo, más ancho y más bajo. La plataforma es nueva, no así el motor diésel de 2,2 litros que ha sido convenientemente ajustado para cumplir con la legislación de emisiones y consumo. La cifra de gasto medio de carburante se queda en 5,6 litros.
Asociado a ambos motores encontramos dos cajas de cambios, una manual y otra automática, ambas de seis velocidades. El funcionamiento de ambas es bueno, con un escalonamiento correcto de las marchas y en el caso de la manual, con un buen tacto. Sin embargo, y dado el corte rutero de este vehículo, decantarse por el cambio automático con convertidor de par es la mejor opción por comodidad y suavidad, aunque para ello deberemos adquirir las versiones más caras, que superan los 40.000 euros.
La habitabilidad del Hyundai Santa Fe es uno de sus puntos clave. El puesto de conducción es muy cómodo y el asiento cuenta con muchas posibilidades de regulación lo que permite encontrar rápidamente la postura deseada. A ello también ayuda la regulación en altura y profundidad del volante. Por su parte, la segunda fila es amplia, con suficiente espacio para que tres adultos viajen sin ir apretados. Además, el espacio para las piernas es muy bueno y el volumen actual del maletero es de 585 litros, suficiente para el equipaje de cinco ocupantes Las versiones de cuatro ruedas motrices son las únicas que disponen de siete plazas de serie y éstas son solo recomendables en viajes largos para personas de hasta 1,70. La razón es que la altura con respecto al techo no es muy grande, así como el espacio para las piernas, aunque este último se puede mejorar desplazando la banqueta de la segunda fila.
En el aspecto dinámico hay que decir que el comportamiento del Santa Fe es muy neutro y solo practicando una conducción muy agresiva notaremos cierto subviraje. Por su parte el control de estabilidad deja poco margen para «jugar», sobre todo si está conectado. Con él desactivado e hilando muy fino podemos encontrar un poquito más de agilidad, aunque no mucha. Esto resulta un problema en el campo, donde las superficies de baja adherencia son más comunes y en las cuales este dispositivo se muestra demasiado intrusivo. En lo que se refiere al reglaje de la suspensión es lo suficientemente duro como para minimizar el balanceo pero al mismo tiempo resulta cómodo. La dirección asistida eléctrica cuenta con tres programas diferentes (comfort, normal y sport) y resulta bastante comunicativa, aunque quizás el tacto en modo sport sea algo artificial.
De serie cuenta con siete airbag, así como un capó «antiatropello», que minimiza las consecuencias del impacto al elevarse unos centímetros sobre el motor. Entre el equipamiento opcional encontramos el programador de velocidad activo, un sistema de aparcamiento asistido, un dispositivo de alerta por cambio involuntario de carril, control de descenso de pendientes, el asistente de arranque en pendiente o los faros de xenón.
El año que viene aparecerá una versión con batalla larga, denominada Grand Santa Fe, que mejorará estas cifras de espacio. Sustituirá al actual iX55 aunque no tomará de él su propulsor diésel de tres litros y 250 CV.