El nuevo Land Rover Discovery remolca un tren por una carretera de Australia

Para presentar las nuevas capacidades de remolque que tiene el Land Rover Discovery de 2018, ¿qué mejor que obligarle a tirar de siete vagones?


En uno de los más recónditos lugares de Australia, el conocido como Territorio Norte, un SUV ha sido capaz de convertirse, durante 16 kilómetros, en una auténtica locomotora. ¿Imposible? Sí, es justo lo que pensó John Bilato, director de G&S Transport, cuando le llamaron y le propusieron supervisar la hazaña.

Ahora bien: hablamos de todo un Land Rover. Concretamente de la nueva generación 2018 del Discovery Td6, modelo que presume de poder remolcar una carga máxima certificada de 3.500 kg en vías públicas.

«No pensé que el vehículo fuese capaz de hacerlo, así que me sorprendió lo fácil que le resultó superar el reto», admite Bilato. Porque, efectivamente, el desafío fue todo un éxito, y nos deja estas espectaculares imágenes para dar la bienvenida al nuevo Discovery, con 150 neumáticos dándolo todo en el asfalto.

Se utilizó una unidad con caja de cambios automática de ocho velocidades estándar y sistema de tracción a las cuatro ruedas. Todo ello conectado al tren de carretera mediante un accesorio de fábrica. Pero hay más, ya que se decidió poner 10 toneladas extra de lastre para alcanzar un número redondo: peso arrastrado total de 110 toneladas.

El nuevo Discovery tirando del tren, con siete vagones y la locomotora, recorrió 16 km de la autopista Lasseter de Australia. Era la culminación de una serie de trabajos especiales que, como hemos visto, no se hicieron para adaptar al coche, que era de serie. En esta ocasión, Land Rover tuvo que solicitar un permiso especial para que el tren tuviese los siete remolques, ya que la normativa del país limita la longitud de este tipo de transportes a 53,5 metros. O lo que es lo mismo: no con más de cuatro remolques.

«Tirar de una plataforma y siete remolques, teniendo que superar la resistencia al rodaje de tantos ejes, es todo un logro», comenta orgulloso Quentin Spottiswoode, Ingeniero de Producto de Land Rover, que añade que en la marca confiaban en el coche, pero no que lo hiciera todo tan fácil, alcanzando los 44 km/h durante este “servicio de transporte” tan especial.

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