Un 10% más potente que la versión anterior, con un 23% más de par, que ahora llega a los 320 Nm y capaz de acelerar de 0 a 100 en 6,3 segundos, 6,1 si montas la caja automática opcional de seis velocidades. El nuevo Mini John Cooper Works emplea un motor 2.0L turbo, optimizado para transmitir las sensaciones y el sonido más deportivo que nunca ha tenido un Mini.
En el chasis se han montado nuevos frenos Brembo y llevará de serie una llantas especiales de 17″, dirección asistida electromecánica, un sistema de control dinámico de la estabilidad (DSC) con sistema de control dinámico de la tracción (DTC). También, para mejorar su comportamiento deportivo, se ha montado un control electrónico del bloqueo del diferencial (EDLC) y el Performance Control. Opcionalmente se podrá pedir también con control dinámico de la suspensión (DDC).

Por fuera la imagen es más agresiva. El faldón delantero es específico, con entradas de aire, en donde el Mini normal lleva los faros antiniebla. También son propios y distintivos los faldones laterales y el faldón posterior, así como el nuevo alerón trasero John Cooper Works. Faros LED, con intermitentes blancos, perfiles de los pasos de rueda, parrilla, sistema de escape y molduras de intermitentes laterales son otros detalles que diferencian a esta versión deportiva del Mini. Por supuesto, en el portón trasero luce el logo «John Cooper Works».
En el interior también se ha trabajado para maximizar el ambiente sport del coche. Así, lleva asientos exclusivos, un volante especial, con levas si se escoge la opción del cambio automático, palanca de cambio, consola central, pedales y hasta la llave del coche son especiales y diferentes a las de los Mini normales. En cuanto a la seguridad el Mini John Cooper Works lleva de serie airbags frontales y laterales, estos de tipo cortina, cinturones delanteros con tensores y limitadores de fuerza y anclajes ISOFIX para asientos de niños detrás, así como control de presión de neumáticos y un capó con sistema de protección activa de peatones.