El bloque en cuestión es un cuatro cilindros de 2.2 litros con una potencia máxima de 190 CV y un par de 450 Nm, que se situará por debajo del 3.0 V6 de 211 CV, que hasta el momento es la mecánica de gasóleo menos prestacional. Asociada a este motor encontramos la función de arranque y parada Stop/Start, que contribuye a reducir el consumo hasta los 5,4 litros cada 100 km con unas emisiones de CO2 de 149 g/km. La transmisión de la fuerza corre a cargo de una nueva caja de cambios de ocho velocidades desarrollada por ZF. Con ella, el XF alcanza una velocidad máxima de 225 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos.
Si lo comparamos con el V6 de 3.0 litros, las prestaciones con este nuevo motor de cuatro cilindros caen en torno al 6%, aunque el consumo y las emisiones se han reducido alrededor del 20%, por lo que la balanza está más que equilibrada. La introducción de esta mecánica traerá consigo, además, algunas mejoras en la insonorización del habitáculo. Según la marca británica, los usuarios de la versión renovada del XF recibirán hasta 3dB menos que en el modelo actual.
De momento sólo podemos hablar a través de fotos espía y de datos -conceptuales-, aunque no cabe duda de que esta estrategia servirá para mejorar las ventas de esta berlina, sobre todo en el mercado europeo.
