Nuevo motor Audi 3.0 TFSI

La sigla T ya no sólo será para los motores turboSegún sus ensayos, esta mecánica con compresor en conjunción con la inyección directa permite resultados superiores al diseño biturbo en prestaciones. El compresor es compacto y cabe en el hueco de la mariposa de admisión, en la V a 90º que determinan las bancadas de […]




La sigla T ya no sólo será para los motores turbo
Según sus ensayos, esta mecánica con compresor en conjunción con la inyección directa permite resultados superiores al diseño biturbo en prestaciones.

El compresor es compacto y cabe en el hueco de la mariposa de admisión, en la V a 90º que determinan las bancadas de cilindros. Gracias a la correa Poly-V del motor, la energía está disponible desde velocidades ínfimas, garantizando un intenso empuje desde el ralentí. El 3.0 TFSI desarrolla un máximo de 420 Nm a sólo 2.500 rpm y se mantiene constante hasta 4.850.

Los conductos de gases a partir de del compresor son muy cortos, lo que determina una llegada del par extremadamente rápida, mucho más dinámica que en los motores atmosféricos de cilindrada similar. El 3.0 TFSI ofrece una respuesta deportiva a la presión sobre el acelerador con una agilidad excepcional. Y se revoluciona hasta un máximo de 6.500 rpm, logrando su potencia máxima de 290 CV a poco menos de 5.000 rpm.

Buenos resultados en consumos y emisiones
La intensidad de su empuje permite alargar el desarrollo, lo que contribuye a aquilatar la demanda de gasolina. El nuevo 3.0 TFSI, concebido para una disposición longitudinal, logrará un consumo medio inferior a 10 l/100 km en los modelos de Audi para los que ha sido previsto. También está capacitado para funcionar indistintamente con gasolina sin plomo de 95 o 98 octanos, y cumple el estándar de emisiones Euro 5, una cuestión de honor para cualquier motor Audi de nueva generación.

La tecnología de inyección directa Audi de acuerdo con los principios FSI es responsable, en primer lugar, de que su innovadora eficiencia sea posible. A diferencia de conceptos convencionales permite situar el compresor detrás de la válvula del acelerador. La baja densidad del aire de admisión requerida en situaciones de carga por debajo de niveles de sobrealimentación y ralentí demanda una energía muy baja para mover los rotores.

La elevada compresión del motor, de 10,5:1, también juega un papel clave en la eficiencia. Y es que el principio de inyección directa es una vez más decisivo, pues la intensidad de la turbulencia de combustible refrigera la cámara de combustión reduciendo la tendencia al picado.

Compresor Roots
El nuevo 3.0 TFSI adopta un compresor Roots. En su interior dos pistones rotatorios contrarrotantes de cuatro vanos giran a un máximo de 23.000 rpm. Los rotores facilitan 1.000 kilos de aire por hora que inyectan a una presión de 0,8 bar.

Dos intercambiadores de calor fabricados en aluminio y conectados a un circuito de refrigeración independiente se adosan al conjunto. Aquí el aire de admisión comprimido y por tanto calentado se enfría de nuevo para liberar el contenido de oxígeno imprescindible en la combustión. Un extenso paquete de medidas reduce al mínimo el ruido generado por el compresor.

Menos pesado
El motor en sí pertenece a la nueva familia ultramoderna de mecánicas Audi en V. Además del esquema de ángulo a 90º, sus atributos incluyen una ligera construcción con elementos como el cigüeñal fabricado en aleación de aluminio y silicona, que fija un peso de sólo 33 kilos. El motor completo, incluyendo el compresor, pesa 189 kilos, con un diámetro por carrera de 84,5 por 89 milímetros que determina una cilindrada de 2.995 cc.

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