Fabricado sobre la plataforma del urbano Ford Fiesta, el nuevo B-Max integra, por primera en un coche de producción, un sistema de acceso al habitáculo en el que se elimina el pilar central, que se integra en la estructura de las puertas. La apertura de las delanteras es tradicional y, las traseras, son correderas, lo que permite que tanto personas como equipaje se instalen en el interior con comodidad incluso en lugares estrechos. -Sistemas de puertas como este han sido el sueño de todo diseñador durante muchos años-, asegura Stefan Lamm, Director de Diseño de Exteriores de Ford Europa. -Hemos transformado una idea revolucionaria en un producto versátil que se puede ver y tocar-.
El apartado de seguridad y rigidez se ha solucionado con el empleo de aceros de alta resistencia capaces de soportar un impacto lateral con garantías. No en vano, la marca ha realizado más de 1.000 simulaciones por ordenador y 50 choques reales con el objetivo de lograr la máxima puntuación en los test de EuroNCAP.
-Diseñamos el chasis para conservar todas las ventajas del nuevo concepto de puertas y manteniendo, a su vez, una estructura fuerte, rígida y ligera-, cuenta Darren Palmer, Director de Calidad de Desarrollo de Producto de Ford Europa. -El B-MAX es tan rígido como el Fiesta más reciente y será igual de divertido de conducir-.
Por otro lado, la practicidad aumenta gracias a que los asientos traseros y el del copiloto se pueden plegar para dejar una útil superficie plana de carga. Esto, unido al sistema de puertas laterales deslizantes, permite cargar objetos de hasta 2,3 m de largo.
Este modelo se posiciona por debajo del C-Max y, en un principio, contará con un motor gasolina 1.0 turbo de 120 CV y otro diesel 1.6 TDCi de 95 CV. Su principales rivales serán el Opel Meriva, el Renault Modus o el Honda Jazz. Los precios definitivos se darán a conocer después de la presentación oficial del modelo en el Salón Internacional de Ginebra en el mes de marzo.
