Tener o no tener coche, he ahí el dilema

Tener coche implica sacarse el carnet, pagar el seguro, impuestos anuales, mantenimiento, gasolina… Pero también significa movilidad, capacidad de independencia, trabajo y, en muchos casos, estatus. Aunque este último ya no tiene el mismo peso que en el pasado y ahora se impone la lógica. La prueba es el incremento de uso del coche urbano […]


Tener coche implica sacarse el carnet, pagar el seguro, impuestos anuales, mantenimiento, gasolina… Pero también significa movilidad, capacidad de independencia, trabajo y, en muchos casos, estatus. Aunque este último ya no tiene el mismo peso que en el pasado y ahora se impone la lógica. La prueba es el incremento de uso del coche urbano y la caída de algunos sectores como el de los todoterreno que, hace unos años, eran primer símbolo de estatus “burro grande…”
Para muchos de los jóvenes entre los 18 y 24 años, los que han nacido entre 1995 y 1990, la prioridad ya no es el automóvil, es la tecnología en la palma de la mano de smartphones y tablets lo que inclina la balanza hacia la facilidad/libertad de comunicación y moverse por el mundo con poco dinero.
Las webs y aplicaciones nos permiten disfrutar del mundo de manera global con muy poco esfuerzo; pedir un taxi, contratar un vuelo, compartir coche o el sofá, saber cuánto va a tardar en llegar el autobús, descubrir qué vuelo es el que pasa sobre tu cabeza mientras chateas con tu amigo de Australia y coordinas para cenar a un grupo de 40 personas.
La velocidad del Internet Global se impone y las marcas de coches pretenden que estos sean un gran smartphone, siempre conectado, al servicio de los usuarios y hasta con capacidad de autonomía en la circulación por las calles y carreteras.
En Autofácil nos importa que los jóvenes y los que ya no lo son, pero no tienen coche, conduzcan, por eso en el número pasado orientábamos en el uso compartido. En esta edición animamos a comprar coche, nuevo o usado con pocos años.
Y, sobre todo, en LUIKE nos preocupa la seguridad al volante o manillar y, por eso, la Fundación LUIKE fomenta la formación y la conducción segura, eficiente y responsable.

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