Con 3,70 metros de largo, se colará entre los segmentos A y B, teniendo que lidiar por tamaño con el Fiat 500, el Citroën DS3 o el Mini; y por calidad con el Audi A1. Por ello, ya que la competencia se presume difícil, Opel ha querido dar un paso más y lograr que su nuevo urbanita sea totalmente único. ¿Cómo? Otorgándole un sinfín de posibilidades de personalización. A priori parece poco novedoso ya que los modelos anteriores también ofrecen estas características, pero el Adam es el único que llega a las 30.000 combinaciones, convirtiéndole en el vehículo más singular.
Ultra personalizable
Sí, porque según Opel será muy difícil ver dos Adam iguales. Y tanto que si lo será, puesto que podrán elegirse, entre otros, 12 colores de carrocería -con otros tantos de llave-, 31 diseños de llantas con medidas desde las 15 hasta las 18 pulgadas, tres colores de techo, 19 molduras interiores, 15 tipos de asientos, seis vinilos exteriores y otros seis guarnecidos para el techo, siendo estos últimos muy llamativos ya que podrán ofrecer el aspecto de unas nubes con cielo azul de fondo o una noche estrellada, gracias a los 64 LED repartidos por la superficie y que «intentan» simularlo –idea que únicamente se podía ver hasta el momento en algunos modelos de Rolls Royce-.
Aunque sí esto parece poco, el Adam se presenta bajo tres «mundos» o acabados: Jam, con aires más modernos; Glam, con un estilo más glamuroso; y Slam, el más deportivo y agresivo. A ellos, se añaden otros paquetes opcionales como son el Blac&White, Twisted, OPC, Extreme y Carbono. Una de sus peculiaridades es que la personalización no termina cuando el coche sale del concesionario, sino que si el cliente se cansa, pasado el tiempo, podrá volver a reconfigurarlo sin problemas.
En lo que a equipamiento se refiere, introduce elementos de seguridad propios de segmentos más altos como el detector de ángulo muerto, el asistente de aparcamiento o el volante calefactado. No obstante, destaca el nuevo sistema de entretenimiento multimedia, denominado Intellilink, que cuenta con un pantalla central táctil de siete pulgadas –situada algo a desmano por su baja posición en la consola central-. Permite enlazar dispositivos móviles Android o Apple y manejar diferentes aplicaciones desde su interfaz.
Motores de gasolina para la ciudad
Pero, ¿es el Adam únicamente diseño? No, ofrece un puesto de conducción cómodo y una visibilidad aceptable. La zona trasera es demasiado justa para personas de más de 175 cm y el maletero cubica uno escasos 170 litros, que pueden ser menos, 70, si se equipa un sistema de sonido específico. Llegará con tres motores de gasolina ya conocidos. Un 1.2 de 70 CV y dos 1.4 de 82 y 100 CV, todos con Stop-Start que para reducir consumos y emisiones -5 y 5,1 l/100 km y 118 y 119 gr/km de CO2, respectivamente-. Se descartan los propulsores diésel por su claro carácter urbano aunque sí está confirmado que en un futuro próximo estén presentes los nuevos motores de inyección directa de gasolina que Opel tiene preparados. A los tres actuales, se les asocia una transmisión manual de cinco marchas, aunque también está prevista la llegada del cambio de seis marchas.
Durante la toma de contacto realizada por Lisboa, pudimos probar el 1.4 de 82 CV ya que es el que más ventas concentrará según las previsiones de la marca. Su empuje y respuesta son muy satisfactorios para circular por las calles, pero al abandonarlas su comportamiento es algo más discreto, siendo necesario llevarlo muy alto de vueltas. Además, si se equipa con la configuración Sport, como en nuestra unidad, la dureza de la suspensión unido a una llanta de 17 o 18 pulgadas provocan que el confort de marcha se vea reducido. Por ello, también hay disponible una configuración Comfort, con llanta 15 ó 16 que se presupone más blanda.