Al poco tiempo de comprarlo aparecieron problemas en el rendimiento de motor: presentaba una falta de potencia apreciable, parecía que iba -ahogado-, le costaba subirde vueltas, emitía demasiado humo negro y al acelerar no respodía bien. Además, el coche a veces se quedaba -muerto-, sin brío, como si llevara un viento de cara muy fuerte que te impidiera avanzar, algo que me obligaba a tener que pisar a fondo el acelerador si quería mantener una velocidad de crucero de 120km/h -esto es bastante molesto, pues te acaba doliendo el empeine del pie-. En otras ocasiones, a velocidad constante y en marchas intermedias, se producían ligeros tirones y cambios de ritmo instantáneos, como si -de golpe entrara más potencia-… El Astra funciona con total normalidad durante días e, incluso, semanas… pero, al cabo del tiempo, siempre vuelven a repetirse estas irregularidades. En el taller oficial le han realizado infinidad de pruebas, le han cambiado tubos, electroválvulas, el pedal del acelerador…, han revisado el caudalímetro, y desmontado y verificado varias veces la válvula EGR y el turbocompresor pero, según ellos, todo está bien y en la autodiagnosis no les aparece ningún código de avería. En el taller no saben qué hacer y yo estoy desesperado porque creo que es peligroso circular con el vehículo en este estado. ¿Tiene alguna solución?
El departamento de prensa de Opel nos ha comentado que, después de las oportunas comprobaciones y revisiones, todo se ha solucionado cambiando los cuatro inyectores, sin coste alguno para Francisco -a pesar de que la garantía había expirado-. Ahora, el Astra está en perfecto estado de funcionamiento y el cliente ha quedado satisfecho.