A principios de julio de 2006, debido a una fuerte granizada mi coche sufrió importantes abolladuras, y en el taller oficial como se iban de vacaciones me dijeron que volviera en septiembre. Así lo hice, pero cuando me devolvieron el Astra el ocho de septiembre -cuatro días después de llevarlo- -daba pena verlo-: la pintura -mi Astra es negro- había perdido brillo, los marcos de las puertas estaban sin pintar, en los laterales todavía había golpes sin arreglar, los paragolpes estaban rayados, el interior muy sucio… y, para -disimular- los desperfectos, habían dado una masilla y quedaban restos por todas partes. Llamé a mi seguro para comunicar la incidencia y allí me dijeron que lo llevara de nuevo al mismo servicio oficial para que lo repararan: volví a llevar el coche allí… pero sigue sin quedar bien. ¿Tiene alguna solución?
El departamento de prensa de Opel nos ha informado que, finalmente, el Astra de Aritz ha quedado arreglado, tanto de chapa como de pintura -eso sí, en el mes de enero volverán a pulir la pintura sin cargo alguno para el cliente para que recupere el brillo original-. Además, el tiempo que ha durado la reparación se le ha prestado un coche de cortesía.