Lo de los informes de siniestralidad que publica la Dirección General de Tráfico cada año es algo que está muy bien para sacar muchos titulares más o menos amarillos. Sin embargo, en cuanto te pones a bucear un poco, no dejas de preguntarte cosas.
En este enlace tienes la nota de prensa publicada por la DGT con un resumen, y justo al final del enlace tendrás acceso al PDF de 74 páginas con todos los datos, por si tienes curiosidad.
Además, no deja de resultarme llamativas algunas cosas, como que los fallecidos contabilizados sean sólo aquellos que hayan fallecido dentro de las primeras 24 horas del accidente (si fallece a los dos días, ya no se considera fallecido en el accidente; ya, yo tampoco lo entiendo), que los heridos sólo lo son en caso de que tengan que estar ingresados al menos 24 horas y que sólo se contabilicen los siniestros en las vías interurbanas; si alguien se ha matado en un entorno o una travesía, no aparece recogido.
No me voy a meter a analizar los datos porque, al fin y al cabo, los datos, datos son y habrás visto ya numerosos análisis y, como te acabo de explicar, los datos presentan algunas lagunas. Sí me quedo con esta imagen que te pongo a continuación:
Y ahora, pregunto: ¿nos podemos ‘conformar’ con tener los mismo datos que hace 10 años? Pues, lógicamente, no. Desde la DGT han puesto el grito en el cielo y una de las cosas que han planteado es el tema de los cursos de conducción para conducir una moto de 125 CC con carnet B, o el uso de caso integral d forma obligatoria, así como de guantes homologados. No soy motores, pero hablo con mis compañeros de FormulaMoto y ven también demasiadas lagunas.
Lo que sí soy es conductor. Al año, no hago menos de 60.000 kilómetros, todos ellos tanto por ciudad como por autopista como, en gran medida, por muchas carreteras secundarias. Y no hay día que no me pase algo que me lleve a pensar que no hay más muertos porque Dios no quiere.
En este informe de la DGT se habla de si hay más accidentes de turismo que de camiones, de si los hombres tienen muchos más accidentes que las mujeres, de si Madrid tiene muchos más siniestros que Soria y cosas de ese estilo. Está bien.
Pero, ¿por qué no se habla de los motivos? Y no me refiero a que el motivo sea una salida de vía o un atropello, sino al motivo de lo que ha provocado esa salida o ese atropello. Seguro que en muchos casos los conductores somos los culpables, pero en un amplio porcentaje, los motivos tienen otro origen. ¿Por qué no se trabaja en ellos para reducir la siniestralidad?
¿Velocidad? Creo sinceramente que la gente hasta conduce ahora más despacio que antes, probablemente por un tema de consumo, aunque hace poco, hablando con un agente de Tráfico, me comentaba que ellos están poniendo más o menos el mismo número de sanciones por este motivo. Algo parecido ocurre con el alcohol y las drogas, y sigue habiendo informes en los que se habla de la no utilización del cinturón de seguridad o de los sistemas de retención infantil.
Sin embargo, creo que donde de verdad hay que incidir es en las distracciones, en el estado de los vehículos y, también, en el estado de las vías. Hay otras muchas que seguro se te vienen a la mente, pero creo que estas tres son las que se llevan la palma
Las distracciones son siempre el principal motivo de siniestralidad, y me extrañaría que ahora no estuviera en el principal motivo.
Los móviles son sin duda parte los culpables, pues estoy convencido de que en alguna ocasión has circulado por detrás de un coche que hacía cosas raras, le has adelantado… y has visto que iba con el móvil en la mano.
Sin embargo, a mí hay una cosa que me distrae infinitamente, y no es el móvil, que no lo utilizo en el coche: las dichosas pantallas de los coches. La complejidad de algunas de ellas para acceder a funciones ‘esenciales’, como puede ser el climatizador, es en ocasiones algo que nos obligará a circular centenares metros sin mirar donde debemos.
La DGT te puede multar por esto, pero ¿por qué no se limitan las funciones de la pantalla desde la propia EuroNCAP? ¿Por qué en EuroNCAP no se preocupan también de algo tan vital como es la prevención del propio accidente? ¿Tan complicado es crear un protocolo de funciones que se deban realizar obligatoriamente con un botón y hacer que haya otras muchas que sólo se puedan manipular con el coche detenido?
El estado de los vehículos es otro aspecto a destacar. Con una media de edad del parque de casi 14 años, estamos hablando de coches cuya seguridad no es la misma que la de coches más modernos. De aquella, muchos de ellos ni siquiera tenían ESP, y no hablemos ya del estado de los neumáticos o de las suspensiones.
Hay muchos conductores que cuidan mucho el mantenimiento de sus coches, pero aun así el nivel de seguridad de esos coches con los actuales es muy diferente. Estamos como locos con el tema de las ayudas a las compras de eléctricos que, con lo que cuestan, sigue siendo inaccesibles para la mayoría de la gente pese a esas ayudas.
¿Y si empezamos a dar ayudas a personas para que puedan optar por comprar coches más modernos de segunda mano? Yo mismo tengo un diésel de 2006. No lo cambio por un eléctrico ni de broma. Ahora, por un diésel de hace 3-4 años con etiqueta C por un precio razonable, pues sí podría cambiarlo.
Tendría un coche más moderno y más seguro, y también con unas menores emisiones contaminantes teniendo en cuenta que optaría por un coche de las mismas condiciones. Y, como yo, seguro que habría muchas más personas que renovarían su coche.
Y por último, pero no menos importante, está el tema del estado de las carreteras. Hace unos días, un compañero pinchaba una rueda en la A6 a la altura de Benavente, en una vía de servicio. Pero es que la A6, desde Benavente hasta mucho más adelante, está en un estado absolutamente deplorable, sobre todo el carril derecho, el más machacado por los camiones.
¿Cómo es posible que una de las principales vías de este país esté en ese estado desde hace años y la Administración no se haya puesto a reasfaltarla? Si está así la A6, ¿cómo estarán tantas y tantas carreteras secundarias? Ya os decía al principio que yo recorro muchas carreteras secundarias al cabo del año realizando pruebas de coches. Cuento con los dedos de la mano los tramos que se hayan reasfaltado en 10 años, y me sobran dedos.
Una carretera tan destrozada como la citada A6 es una fuente de posibles pinchazos y averías, pero también puede provocar fácilmente una pérdida de control del vehículo cuando coges un bote en plena curva, por ejemplo. En esto del estado de las carreteras meto también los famosos puntos negros. Esos puntos donde se producen accidentes de forma recurrente y donde los proyectos y las obras para solucionarlos también parecen congelados en el tiempo.
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