La contaminación ambiental en las grandes ciudades no es una cosa exclusiva de Madrid, que ya sabe lo que es restringir el tráfico del centro de la ciudad en un 50%. Ahora, y debido a la alta contaminación, las autoridades noruegas han decidido que, desde este martes hasta el próximo jueves, los coches diésel tendrán prohibida su circulación por ciertas partes de la ciudad de Oslo. Con estas medidas, aprobadas por el Ayuntamiento de Oslo, se espera que los niveles de CO2 desciendan y se vuelva a disfrutar de una ciudad menos contaminada.
La prohibición a la circulación de todos los coches diésel se ejecutará en las vías municipales, pero no en los grandes ejes nacionales que atraviesan la capital noruega. Si no se respeta esta nueva normativa, vigente hasta el próximo jueves, los conductores podrán ser sancionados con una multa de 1.500 corona, 166 euros.
Es la primera vez que Oslo pone en marcha esta prohibición, decidida en febrero de 2016 por la mayoría municipal, que reagrupa a laboristas y ecologistas. «En Oslo, no podemos pedirle a los niños, a las personas mayores y a aquellas que padecen problemas respiratorios que se queden encerrados en casa porque el aire es demasiado peligroso de respirar», explicó la concejal municipal ecologista Lan Marie Nguyen Berg a los medios noruegos.
El anunció provocó el enfado de algunos conductores, a quienes las autoridades noruegas incitaron en 2006 a optar por los motores diésel, que en ese momento se consideraban más respetuosos con el medio ambiente que los de gasolina.