De este modo, en 2005 tuvo lugar la primera edición de la Transafricaine Classic, una prueba con salida en París y destino en Dakar que se disputa bajo la modalidad de rally de regularidad. Por lo tanto, no se trata de llegar el primero, sino de aproximarse lo más posible a la media de velocidad que marca la organización.
De esta manera la prueba se hace accesible a un mayor número de equipos y los costes de participación se reducen, sobre todo a la hora de conseguir un vehículo capaz de afrontar esta carrera. El trazado es muy similar al seguido en muchas ediciones del Dakar, inciando el periplo africano en Tánger (Marruecos) para luego atravesar el país alahuita, Mauritania y llegar finalmente a la capital senegalesa. La prueba está abierta a casi cualquier vehículo, desde quads y buggies a camiones, pasando por los TT convencionales que se encuadran en varias categorías. Una de ellas es para vehículos «recientes» (posteriores a 1999); otra para vehículos «clásicos» (fabricados entre 1988 y 1999) y otra de «históricos» (vehículos anteriores a 1989). En la edición de 2008, además, se configuró una copa 2CV, merced a la colaboración del francés Mehari Club de Cassis. Precisamente entre los 2CV se impuso el francés Pierre Lartigue, el dos veces ganador del Dakar con Citroën. Pero no fue éste el único ilustre en tomar parte en la prueba de Zaniroli. Claude Marreau, ganador junto a su hermano Bernard del Dakar de 1982 a bordo de un Reanult 20, participó junto a su hijo pilotando un Mitsubishi Montero de 1991. En cuanto a los vehículos, también esta edición ha contado con la presencia de ilustres dakarianos, como los Volkswagen Iltis de uno de los equipos belgas que los pusieron en liza, quizás como homenaje al propio Zaniroli, que en 1980 fue segundo en la carrera de Thierry Sabine pilotando uno de ellos. Como la mayoría de eventos relacionados con el todoterreno que tienen lugar en África, la Transafricaine Classic posee una vertiente humanitaria y su logística es aprovechada por distintas ONG francesas para hacer llegar su ayuda a los destinos elegidos de Marruecos, Mauritania y Senegal. |
Zaniroli, su inventor
Este francés de 58 años es uno de los nombres míticos del todoterreno mundial. Nieto de un aviador y piloto de automóviles, durante los años 70 contribuyó a la creación de los primeros clubes y revistas de 4×4 en Francia. Entre 1978 y 1986 combinó la labor periodística con la organización de eventos relacionados con el 4×4, como el campeonato de trial de Francia, el Rally del Atlas o el Super Cross de París-Bercy. Como competidor, consiguió la primera victoria para Mitsubishi en el Dakar en 1985 y fue responsable técnico de la carrera entre 1994 y 2005. Tras desvincularse del Dakar ha puesto en marcha diferentes rallies de regularidad, unos sobre sobre hielo, otros destinados al público femenino y, la que es su gran apuesta en estos momentos, la Transafricaine Classic. |
Los 15 Citroën 2CV y Mehari que se inscribieron en la prueba tuvieron que sobreponerse a las limitaciones mecánicas y los innumerables pinchazos que sufrieron. Pero fueron los vehículos más admirados. |
![]() Claude Marrreau, ganador junto a su hermano Bernard del Dakar en 1982, tomó parte en la Transaf a bordo de este Montero de 1991 y con su hijo como copiloto. |
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Egipto será el escenario este año
n De esta forma podrán reducir costes, una condición imprescindible para incentivar la participación en vista de las circunstancias económicas actuales. Del mismo modo, Zaniroli puede ofrecer un escenario diferente, pero con más desierto y más arena. n Además será una prueba «non stop» y sin tramos de enlace, con todo el recorrido cronometrado. Como aperitivo, en junio, se celebrará la Transafricaine Marruecos, con el mismo espíritu que la prueba matriz, pero concentrada en cinco jornadas y con un coste más reducido. |
![]() Ignacio Corcuera «Livingstone» fue el único español en tomar parte en la Transafricaine y el único piloto en hacerlo en solitario. Terminó en 23.ª posición en su categoría, la de Clásicos. |
![]() sus espaldas. |
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