Aunque, en honor a la verdad, el objetivo de este nuevo equipamiento opcional -que costará 12.600 yenes, unos 115 — será satisfacer una demanda del Ministerio de Transporte: Que los peatones puedan oír al Prius y se eviten atropellos. Tan serio parece el tema que cualquier propietario podrá encargar su instalación en los servicios oficiales.
El invento consiste sencillamente en unos altavoces plug-in instalados en la parte delantera del Toyota. El sonido es totalmente artificial y se mantiene hasta que el coche alcanza los 25 km/h.
Parece que la casi nula rumorosidad de los motores eléctricos está llamada a morir de éxito: Las quejas también se han dado en Estados Unidos, mientras que la Unión Europea ya se está planteando exigir sistemas como el que va a incorporar Toyota. Por lo pronto, la marca japonesa lo piensa llevar fuera de sus fronteras y tenerlo disponible en cualquier otro híbrido de su gama. Y los rivales -Ford, Nissan, GM…- ya trabajan en sus propias propuestas de ruido sintético.
Las ventas del Prius han ido creciendo exponencialmente a lo largo de sus generaciones y de la vida comercial del actual modelo. La previsión actual es que este otoño lleguen a los 2 millones de unidades vendidas y más allá.