La ciudad de Plasencia cuenta con numerosos reclamos de interés que justifican una visita para conocer su rico patrimonio, como sus murallas, palacios, templos…
La más importante de sus iglesias, la Catedral Nueva, es la que requiere nuestra atención por un doble motivo. En primer lugar por albergar una copia de la Sábana Santa que se custodia en la catedral de Turín. Esta reproducción, elaborada al óleo a principios del siglo XVII, reproduce de manera fidedigna el sudario turinés y se expone en la seo desde 2012.
Si proseguimos nuestra visita por al catedral placentina, debemos fijarnos en el coro; en concreto en la sillería, donde Mateo Alemán, el artista encargado de la obra, esculpió unas figuras procaces para criticar los vicios de la jerarquía eclesiástica de la época. Esto le costó el encierro en una de las torres de la catedral, de la que escapó gracias a su ingenio y a una estructura de madera y plumas de paloma que usó a modo de alas para salir volando. La leyenda no aclara como aterrizó.
Cuacos de Yuste
Siempre es recomendable la visita al Monasterio de Yuste, pero durante el primer o segundo fin de semana de febrero la podemos hacer coincidir con la Ruta del Emperador, una recreación dramatizada del último viaje que condujo a Carlos I a su retiro definitivo y que arranca en Jarandilla de la Vera para llegar a Cuacos y, de ahí, al monasterio. También se puede aprovechar para visitar Cuacos y conocer otros edificios de interés, como la casa de Juan de Austria.
Puente de Alconétar
¿Qué pinta un puente romano en medio de un prado? En realidad fue la forma de salvar esta importante pieza arquitectónica de quedar sepultada bajo las aguas del embalse de Alcántara. Dicen que fue el emperador Trajano quien ordenó esta obra de 300 m para salvar el Tajo en el curso de la calzada de la Vía de la Plata. Es uno de los puentes con arcos segmentales (90º en lugar de los habituales 180º) más antiguos del mundo. Está en Garrovillas de Alconétar.
Belvís de Monroy
Lugar estratégico durante La Reconquista, abandonado tras las guerras de Sucesión e Independencia en España, el imponente castillo de Belvís aún conserva su majestuosidad, las huellas de los sucesivos estilos arquitectónicos –del gótico al barroco– y sus «bellas vistas», que es de donde le viene el nombre. Muy cerca se encuentra el inabarcable embalse de Valdecañas y comienza la preciosa Ruta de los Ibores, siguiendo poblaciones establecidas junto al cauce del río Ibor.
Garganta la Olla
Este pueblo, con un entorno natural de gran belleza, recoge la leyenda de La Serrana de la Vera, una suerte de amazona que seduce a los hombres para matarlos después, y a la que dedicó una estatua. También se conserva en el pueblo la llamada Casa de las Muñecas; una casa de lenocinio que daba servicio al séquito de Carlos I. El color azul de su fachada y las esculturas de las jambas de la puerta dan fe del propósito que tuvo el inmueble en el pasado.
