Tan sólo 48 horas después de las Elecciones nos hemos encontrado dos noticias muy ejemplificadoras. Por un lado, el Gobierno catalán, liderado por Artur Mas, ya ha anunciado su intención de reducir salarios públicos para 2012 y aumentar algunas tasas, incluyendo las de la gasolina -tampoco se salvan las matriculas universitarias o el agua-. El objetivo es conseguir al menos 1.000 millones de euros adicionales durante el próximo año. Los catalanes que quieran aparcar el coche debido a este aumento del precio de la gasolina, y ahorrar utilizando el transporte público, deben saber que el Govern también tiene en su agenda subir el precio de los transportes, por lo que moverse será más caro en 2012 sea cual sea el modo elegido para hacerlo. La cuestión es, ¿seguirá el Gobierno central el camino iniciado por Mas para planear una nueva subida de impuestos en los carburantes en los próximos meses?
Otro ejemplo de la presión sobre los conductores después de las Elecciones lo encontramos en Madrid. Su alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, presentó ayer martes su proyecto de presupuestos para 2012, que estima una recaudación por multas de tráfico de 175,95 millones de euros. Para conseguirlo, el consistorio de la capital aumentará de cuatro a cinco el número de radares móviles, que tendrán que trabajar a tope: el Ayuntamiento prevé multiplicar el número de denuncias de 500 a 2.000. A esto hay que sumar una previsión de 24,6 millones de euros por retirada de vehículos de la vía pública por parte de la grúa y el depósito municipal, y más de 80 millones de euros por el estacionamiento de vehículos: tarjetas del SER, zona azul…