Peugeot 208 GTI 30 Aniversario: Primera prueba

Tener un departamento de competición puede suponer grandes ventajas para una marca... siempre que se les deje hacer las cosas a su gusto. Eso es lo que piensan en Peugeot y, por eso, el 208 GTI 30 Aniversario es el segundo encargo que le hacen a los chicos de Peugeot Sport. El primero fue el RCZ R... y lo bordaron.


Antes de seguir leyendo, respóndete a una simple pregunta: ¿por qué te gustan los deportivos? ¿Quizá por estética? ¿Tal vez por prestaciones? ¿Puede ser por efectividad? ¿A lo mejor por diferenciación? ¿O más bien por sensaciones al volante? Probablemente, haya tantas respuestas como tipos de café: cortado, con leche, solo, con hielo, irlandés, capuchino… Al final, es una cuestión de gustos.

Lo cierto es que hoy, por culpa de los avances tecnológicos –o gracias a ellos, según se mire–, cada vez son más los modelos deportivos que se pueden encuadrar dentro del mismo saco: el de los que ´funcionan´; entendiendo por ´funcionar´ el hecho de que lo hagan todo bien, te perdonen cualquiera de tus errores al volante sin que siquiera te percates de ello, sean ultrarrápidos y, además, te lo pongan todo tan fácil como si estuvises jugando en la Play Station. Y, si es automático con levas en el volante, mejor que mejor. Leche manchada con una gota de café. Sin embargo, si eso es ´funcionar´, a mí deben gustarme los coches que ´no funcionan´; o, al menos, me gustan los que me obligan a ´hacerlos funcionar´. Me explico. Debo de estar haciéndome mayor, así que me temo que me estoy convirtiendo en uno de esos puretas a los que les gusta: hacer punta-tacón, forzar que el eje trasero deslice para ayudar a que el delantero entre mejor en la curva, tener que dosificar la presión sobre el acelerador para no perder tracción, aprender de cada uno de mis errores para hacerlo mejor la próxima vez… Vamos, lo que yo entiendo por conducir y disfrutar haciéndolo, independientemente de que eso signifique que haya llegado diez minutos antes a mi destino. ¿Café solo? Algo así.

Peugeot 208 GTI 30 Aniversario: Primera prueba

TÉCNICA: MUCHO MÁS DE LO QUE PARECE

Además de los cambios estéticos y en el motor, el diferencial del GTI normal deja su hueco a uno autoblocante Torsen; mientras que los frenos delanteros pasan a tener unos discos de 323 mm de diámetro con unas pinzas fijas Brembo de cuatro pistones. Los neumáticos Michelin Pilot Exalto en llantas de 17″ se sustituyen por unos Michelin Pilot Super Sport de 18″. Además, los cambios en la suspensión han sido más profundos. Se ha endurecido el conjunto muelle-amortiguador, pero también se han sustituido los brazos de suspensión y se han modificado las cotas de la dirección –para hacerla más sensitiva e instantánea–. Para terminar, la barra estabilizadora trasera es más gruesa y se ha colocado en una posición más retrasada para favorecer la agilidad del eje trasero.

Déjaselo a los que saben hacerlo

La cuestión es que hoy va a ser uno de esos días en los que debo analizar si un coche ´funciona´ o si, más bien, me va obligar a hacerlo funcionar –también puede darse un tercer supuesto: que sea una castaña–. Dicho de otra manera, me encuentro en el circuito de l´Ouest Parisien, en Dreux –París–, para averiguar qué tipo de café le gustará al posible comprador del nuevo Peugeot 208 GTI 30 Aniversario. Debo reconocer que la primera vez que probé el Peugeot 208 GTI normal me bajé un poco desilusionado. Acababa de conducir un urbano muy rápido y con cierto carácter deportivo, pero aquello distaba bastante de lo que me esperaba de un modelo que, se suponía, era el heredero del mítico 205 GTI. Vamos, un café con leche –y más bien corto de café–. Esa misma conclusión es la que obtuvo la inmensa mayoría de mis colegas. Y, claro está, en Peugeot aquello no debió sentar demasiado bien… Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y los responsables de la marca no tardaron en encargarle a los chicos de Peugeot Sport un 208 GTI que de verdad fuese capaz de ponernos los pelos de punta a los periodistas más bocazas del sector. El resultado se sigue llamando GTI, aunque va seguido del apellido 30 Aniversario –por aquello de que hace 30 años del nacimiento del 205 GTI– en forma de serie limitada a 500 unidades. La mayoría ya tiene dueño pero, si quieres uno, no temas: en Peugeot ya nos has confirmado que la producción se aumentará hasta 1.000 unidades y que, cuando se agoten, las novedades técnicas del 30 Aniversario se seguirán comercializando, aunque aún no se sabe con qué nombre.

Así que, además de ofrecer algunos cambios estéticos –si no te gusta la carrocería bicolor de las fotos, no te preocupes; ya se han vendido todas y también se comercializa pintado sólo en blanco o rojo–, el GTI 30 Aniversario ha experimentado algunas modificaciones internas que, sin duda alguna, son obra de alguien que ha mamado las carreras desde hace mucho tiempo. Si te digo que el motor pasa de 200 a 208 CV, que el par aumenta de 275 Nm a 300 Nm y que ahora suena un poco más ´gordo´, es probable que pienses que te estoy vacilando. Pero si te fijas en el recuadro de la derecha y lees con detenimiento todos los cambios que se han aplicado al chasis, seguramente pensarás que al paisano que se compre este aparato es probable que le guste el café solo, sin azúcar y con un chupito de absenta. Bueno, ya te adelanto que tampoco es para tanto…

Por dentro, los cambios son principalmente tres: las planchas en rojo dejan su lugar a otras en negro, hay una chapita con el número de unidad junto al retrovisor y los asientos han sido sustituidos por unos atractivos semi-baquets que, pese a su buena pinta y mejor sujeción, no arreglan uno de los defectos del 208: el puesto de conducción. Debo reconocer que yo voy a gusto, pero también es verdad que lo consigo a costa de colocar el pequeño y ovalado volante en una posición más baja de lo habitual para poder ver la instrumentación. Ojalá le hubiesen dicho a los de Peugeot Sport que le echasen un vistazo a esto…

Peugeot 208 GTI 30 Aniversario: Primera prueba

Es hora de ir a la escuela

En el circuito está lloviendo, el termómetro de la pista no supera los 3ºC y sopla un molesto viento que me hace acariciarme de vez en cuando las orejas para confirmar que siguen ahí. Acabo de darme cinco vueltas al circuito con un 208 GTI normal, y es hora de hacer lo propio con un 30 Aniversario. Los ingenieros me han comentado que el ESP, a diferencia del GTI normal, se desconecta por completo con sólo pulsar el botón que hay a la izquierda del volante; tengo mis dudas. Cinco vueltas más tarde, y después de hacer un trompo de 270 grados en tercera, confirmo que es verdad: se desconecta del todo. Debo reconocer que el trompo fue un error mío provocado por exceso de confianza. Era ya la última vuelta, iba refrigerando los frenos y entré reteniendo, sin acelerar, en una curva a izquierdas empapada y resbaladiza como el hielo. Justo entonces, el 30 decidió regañarme por hacerlo mal y terminamos enroscados como una boa. «Muchas gracias», pensé; «¡Tú y yo nos vamos a llevar muy bien!» Por fin, un GTI que me obliga a conducirlo para sacarle lo mejor de sí.

Peugeot 208 GTI 30 Aniversario: Primera pruebaLas cuatro vueltas anteriores, aquella curva la pasé trazando, acelerando a fondo y comprobando cómo el diferencial Torsen se las ingeniaba para meter el morro hacia el interior de la curva. Lo hice bien, y él me deleitó con unas sensaciones mucho más deportivas que las de un GTI normal; también me permitió llegar antes a la siguiente curva. Aquellas cuatro vueltas también me sirvieron para descubrir que los frenos, además de infatigables, detenían al 208 en menos metros, con un tacto de pedal más contundente. El guiado de la dirección, que ha sido recalibrada, es muy bueno, y no transmite ningún tirón por parte del autoblocante cuando se acelera a fondo. Las trazadas se realizan con precisión, y la más mínima insinuación sobre el volante tiene un efecto inmediato sobre las ruedas delanteras, por lo que tienes la sensación de que tus manos están más conectadas con el eje anterior que en el GTI normal. En cuanto a los cambios de la suspensión trasera, la sensación es la de llevar un coche más ágil y juguetón; o sea, lo que debe ser un GTI de los míos.

Peugeot 208 GTI 30 Aniversario: Primera prueba

Aún me quedaba otra tanda de cinco vueltas pendiente con el 30 para terminar de conocernos. Volví a pulsar el botón del ESP. Y, esta vez, a base de esforzarme al máximo, no hubo trompo… pero sí mucha complicidad, mucha conexión, mucho esfuerzo, muchas correcciones y, sobre todo, dosis ingentes de emoción, satisfacción y diversión. Aun así, el 30 y yo ya hemos quedado para vernos de nuevo, por la sierra de Madrid, en unas semanas y así terminar de confirmar las buenas sensaciones de Dreux, y decidir si los cambios respecto al GTI normal valen los 3.800e de diferencia que hay entre ambos.

La vuelta a Madrid fue en avión. Quedaba un buen rato para que saliese nuestro vuelo, así que mis compañeros decidieron parar a tomar un café en el Starbucks del aeropuerto de París-Orly. «Miguel, ¿tú cómo lo quieres?», me preguntaron. «Muchas gracias pero no me gusta el café, de ningún tipo: lo mío es el Nesquik –con, al menos, medio litro de leche fría en un tazón cerámico con forma de cuenco y un mínimo de cinco cucharaditas colmadas hasta los topes–».

Scroll al inicio