Me decidí por este coche porque me gustaba mucho y el vendedor me aseguró que todos los problemas que tuvo este modelo en el pasado se habían solucionado. Sin embargo, desde que lo estrené no han parado de producirse un sinfín de incidencias. Por un lado, con la estanqueidad de la capota: en el taller oficial le han cambiado todas las gomas de las puertas, del techo, del maletero, de la luna delantera, las cejillas de los cristales traseros, la rejilla frontal -en cinco ocasiones-… pero sigue entrando agua. Por otro lado, con multitud de ruidos procedentes de la amortiguación, las custodias de las puertas -generados por los paneles traseros del coche- y uno, especialmente ronco, del motor -le cambiaron las sujeciones, palieres, tirantes.. pero continúa sonando bastante-. Para colmo, también me ha dado fallos mecánicos: el calculador del motor, los inyectores, el sistema anticontaminación, los altavoces, el salpicadero, la pantalla multifunción, el catalizador… y no quiero dejar de mencionar las averías más graves que afectan a la seguridad en carretera, como que la dirección tiembla cuando se superan los 120 km/h-se le equilibraron las ruedas y más tarde se le cambió todo el sistema de dirección- y que el vehículo se tambalea al frenar, con el consiguiente peligro de perder el control -lo arreglaron lijándole las pastillas de freno, pero… ¿qué pasará cuando cambie las pastillas?-. En resumen, 47 intervenciones y no todas resueltas definitivamente. Esta situación parece que no tiene ni solución ni fin. ¿Podéis ayudarme?
Según el departamento de Prensa de Peugeot, el concesionario ha llegado a un acuerdo con el comprador por el que se le cambia el coche por uno nuevo idéntico al suyo abonando el cliente sólo 1.600 euros.