La cuestión es que no salía humo extraño por el escape, ni se había encendido ninguna luz de avería en el cuadro de instrumentos… y tampoco había bajado el nivel de aceite. Lo único que sucedía era que el motor emitía un ligero silbido, así que imaginé que se había roto el turbo. Lo llevé al taller oficial y, en efecto, me confirmaron mi sospecha y me comentaron que en verano se solían romper muchos turbos por el calor. Para mi sorpresa, el presupuesto ascendía a nada menos que 1.271 euros y, por supuesto, no estoy de acuerdo porque creo que a un coche con sólo 142.535 kilómetros no es normal que se le rompa el turbo. Además, cuido mucho mi Peugeot -he pasado todas las revisiones estipuladas en los talleres oficiales- y siempre he confiado en los modelos del Grupo PSA -en el año 2000 compré un Peugeot 306 2.0 HDI y, en mayo de 2009, un Citroën Xsara de segunda mano para mi mujer-.
En el servicio de atención al cliente me dicen que no pueden ayudarme. Pero trabajo en un concesionario de vehículos industriales y me han llegado noticias de otras averías similares a la mía; además, tengo un amigo que ha trabajado en Peugeot y me ha dicho que la marca ha sustituido en garantía muchos turbos porque silbaban… por supuesto, en el taller niegan todo. Estoy convencido de que el turbo de mi 307 estaba defectuoso, porque desde que lo estrené siempre ha silbado un poco, aunque en el taller se empeñan en decirme que es algo normal. ¿Me podéis ayudar?
Ángel Arias (Valladolid)
¿Qué dice la marca? Lo sentimos Ángel, el gabinete de prensa de Peugeot nos ha asegurado que esta avería no se ha producido por un defecto de fábrica y muestra de ello es que el vehículo ha funcionado correctamente los 142.000 primeros kilómetros. Por otra parte, como el periodo de garantía ha expirado, no pueden concederte una atención comercial para la reparación.
